Una gestión enfermera imprescindible

Durante la jornada “Rol de la enfermera en gestión sanitaria” celebrada en la sede del Consejo General de Enfermería, escuchamos cosas muy importantes, coincidentes, por cierto, todas ellas con los grandes propósitos que, sólo hace unas semanas, nos fijábamos como objetivos dentro de la campaña Nursing Now que todos ustedes conocen, en la que se han integrado todas las voces de la profesión para decir que este es el momento de la profesión enfermera, que este es el tiempo en que, sin más dilación, se ha de dar respuesta a las grandes necesidades de las enfermeras y enfermeros para que podamos desarrollar nuestras funciones con la calidad y excelencia que nos caracterizan.

No podemos dedicar más tiempo a estudiar las ratios de enfermería, por ejemplo. Ustedes saben perfectamente que en nuestro país contamos con trescientas enfermeras menos de media por cada cien mil habitantes que el resto de los países de nuestro entorno europeo. Y ustedes saben también que, por ejemplo, en comunidades autónomas como Murcia o Andalucía sus ciudadanos disponen de 500 enfermeras menos por cien mil habitantes que aquellos que viven en otros lugares como Navarra. Claros ejemplos de inequidad en un Sistema Nacional de Salud que alardea entre sus principios fundamentales precisamente de lo contrario.

Pero les decía que este ya no es el momento de incidir nuevamente en este despropósito sino en el de sentarse a establecer un calendario que persiga, con eficacia y verdadero compromiso, el alcanzar esos objetivos a corto y medio plazo. Y en esto nos encontramos TODOS comprometidos: Ministerio de Sanidad, Servicios Regionales de Salud, Instituciones Sanitarias Públicas y privadas y, por supuesto Centrales Sindicales y el conjunto de la Organización Colegial de Enfermería. Por lo tanto, consciente de las dificultades que me consta comporta gestionar unos recursos insuficientes yo les animo a ser la voz de todos aquellos compañeros y compañeras que muchas veces quieren hacer las cosas lo mejor posible pero materialmente no llegan y sufren de desencanto y muchas veces de verdadera frustración.

He escuchado a los ponentes de la jornada con enorme atención y les confieso que me generaron, a pesar de las dificultades, una enorme confianza en el futuro. No sólo porque saben muy bien lo que se traen entre manos como gestores sino porque estoy convencido de que no van, no vamos a tolerar ningún intento de suprimir ni de minorar el importante papel que, en todos estos años de desarrollo ejemplar de nuestro Sistema Nacional de Salud han venido desempeñando las direcciones de Enfermería, tanto en Asistencia Primaria como Especializada. Y no vamos a tolerar ningún intento de apartar o poner trabas al ejercicio de esta función directiva contemplada por cierto en nuestra Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias porque, sencillamente, eso no es bueno ni para el Sistema ni para sus principales beneficiarios: los pacientes.

No puede haber verdadera calidad y excelencia sanitaria sin una mirada enfermera. Una mirada que entraña acciones concretas, capacidad de decisión y profesionalización de los lideres sanitarios en igualdad de condiciones que cualquier otro gestor de la sanidad pública y-cuidado- también de la privada. No nos acostumbremos, como a veces pienso que hemos hecho, a asociar gestión enfermera, direcciones, supervisiones o coordinaciones de enfermería al ejercicio de unas funciones directivas en el sector público. No hay ninguna razón para que un hospital de titularidad privada tenga su director médico o su director de gestión, de recursos humanos o de servicios generales y, sin embargo, no disponga de director o directora de enfermería o lo enmascare con un nivel jerárquico de inferior categoría.

Tampoco existe hoy ninguna razón objetiva para que una enfermera o enfermero no pueda ser gerente de una Institución Sanitaria. No puede ser excepcional -como lo es todavía hoy- que una consejera de salud sea enfermera, directora general, directora de un centro sociosanitario o ministro/a de Sanidad. No es lógico, no es razonable. Es más, es una pérdida de oportunidad para todo el sector sanitario.

Hemos hablado de gestión y seguiremos haciéndolo en el futuro próximo. Estamos de hecho regulando vía Resolución del Consejo General las funciones de lo que ha de ser una gestión enfermera comprometida con los pacientes, con el desarrollo de la profesión y con el conjunto del Sistema Sanitario.

Voy a pedir un último favor en esta nueva bitácora. Las enfermeras somos el eje de los sistemas sanitarios y desempeñamos un papel crucial tanto en la promoción de la salud como en la prevención, el tratamiento y los cuidados. Representamos, a su vez, casi la mitad del total de trabajadores sanitarios en todo el mundo. Por todo ello les pido que se sumen, sin recelo alguno a la exigencia de una mayor participación de las enfermeras en las políticas de salud.

Les pido que nos ayuden a lograr un mayor número de enfermeras y enfermeros en puestos de liderazgo y más oportunidades de desarrollo en todos los niveles. Por eso, porque ya no estamos hablando de niveles académicos ni competenciales. Estamos hablando de liderazgo entendiendo el liderazgo, como la capacidad de dirigir, conducir, entusiasmar e influir de forma positiva en las personas.

Y de esto, algo sabemos los enfermeros y enfermeras españoles.

Florentino Pérez Raya

Autor Florentino Pérez Raya

Florentino Pérez Raya es el presidente del Consejo General de Enfermería

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