“La enfermería se profesionalizó durante la Guerra Civil Americana”

¿Cuándo dieron la enfermeras los primeros pasos para especializarse? ¿Cuándo empezaron a plantearse cobrar por su trabajo? ¿Cuál fue el momento catalizador del cambio de la enfermería doméstica a la profesional? Según Ana Choperena, enfermera pamplonesa y profesora de Historia de la Enfermería en la Universidad de Navarra, el punto de inflexión fue el conflicto que dividió Norteamérica en dos entre 1861 y 1865. Así lo plasma en su tesis doctoral, titulada Memorias de enfermeras en la Guerra Civil Americana: de la dimensión doméstica a la profesional.

Investigando, Choperena ha llegado a una conclusión clara: son los conflictos bélicos los que han impulsado, a la fuerza, el desarrollo de la enfermería. Justifica su afán de bucear en los orígenes de la profesión por la necesidad que los enfermeros tienen, dice, de reforzar su identidad: “Creo que no tenemos la misma sensación de identidad que sí poseen otras profesiones. Muchas veces nos preguntan qué somos los enfermeros, qué nos hace distintos de otras profesiones, y no sabemos explicarlo”.

Para llevar a cabo su tesis, Choperena se ha basado en las autobiografías de trece mujeres que ejercieron como enfermeras durante el conflicto que enfrentó a los Estados del Norte de América (La Unión) con los estados segregados del Sur (La Confederación) a mediados del siglo XIX, y que se cobró más de 600.000 vidas. Es en el desarrollo de este conflicto donde ella observa los primeros indicios de la profesionalización de la enfermería.

El primero de ellos es la aparición de un cierto liderazgo: “Surgen enfermeras que se dedican a funciones de gestión, que no se limitan a cuidar al enfermo, sino que organizan el contexto hospitalario y gestionan la labor de otros colaboradores médicos”, explica la profesora. Durante la Guerra Civil Americana también empezó a implantarse entre las enfermeras el reparto de tareas y la especialización en ciertas funciones, y es el momento en que se institucionalizan los cuidados: “En esto el contexto anglosajón es radicalmente distinto al contexto europeo católico, en el cual los cuidados de enfermería se administraban en hospitales religiosos. Allí las cuidadoras eran las monjas. En cambio, en el contexto anglosajón de tradición protestante no era así. El cuidado no estaba bien visto, era una actividad que a menudo ejercían los maleantes o personas que no tenían cómo ganarse el pan. La prueba es que el concepto de “hospitalidad” se materializaba en los hospitales cristianos, en cambio en el contexto anglosajón surgieron los hospicios donde se recogía a transeúntes, mendigos, etc. Durante la Guerra Civil Americana se construyeron por primera vez hospitales de calidad y se institucionalizaron los cuidados.”

Clara Barton

Otro indicio de profesionalización que Choperena observa durante este período es la cuestión de las pagas: “Por primera vez, esas mujeres que ejercen como enfermeras se plantean la posibilidad de recibir un salario por el trabajo que están realizando. Hasta entonces se había cuidado sólo por amor al prójimo, por caridad, por misericordia. Pero entonces se plantearon su derecho a recibir un pago por el trabajo que estaban realizando”.

A pesar de estos primeros indicios de que algo estaba cambiando, hubo que esperar todavía muchos años para hablar de una enfermería totalmente profesionalizada. “Los cuidados que proporcionaban las enfermeras seguían teniendo un carácter muy doméstico. Siempre se vinculaban a la figura de la mujer y estaban cargados de connotaciones maternales. De hecho, muchas enfermeras de la Guerra Civil Americana volvieron a sus hogares una vez terminado el conflicto y allí siguieron cuidando a sus familiares heridos”, explica Choperena.

Además, a finales del siglo XIX aún faltaba una formación generalizada. En palabras de la profesora: “Es cierto que algunas de las enfermeras de la guerra tuvieron la suerte de recibir formación procedente de las organizaciones asistenciales que se crearon para atender a los heridos, lideradas por mujeres emblemáticas como Clara Barton, que llevó la Cruz Roja a los Estados Unidos. Pero sólo unas pocas afortunadas tuvieron acceso a esa formación. Eran la excepción.”

Choperena defiende el valor de conocer el pasado para vivir el presente y el futuro, y por eso considera fundamental que todos los estudiantes de enfermería reciban nociones de Historia de la profesión: “Es imprescindible para saber qué somos y cómo actuar. Es como cuando una persona indaga en su pasado familiar: cuanto más conoce la vida de sus antepasados, más se identifica con ellos y más ama a su familia. En la enfermería ocurre lo mismo”.

 

Ana Muñoz

 

 
Contenido revisado en Marzo de 2024.
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