¿Cómo afrontas esta nueva etapa como catedrática?
Con ilusión y agradecimiento a la Universidad de Oviedo. El ser la primera enfermera que alcanza el nivel de catedrática de universidad es un orgullo, pero también una responsabilidad.
¿Qué significa para ti haber logrado esta posición?
En primer lugar, un reconocimiento al esfuerzo y trabajo a lo largo de toda mi vida profesional. Demostrar que tienes experiencia investigadora de calidad y también cantidad, ya que los requisitos de la ANECA, que es el organismo que evalúa a los profesores para darles la acreditación como Catedrático de Universidad, para que, posteriormente, la universidad pueda convocar la plaza, son elevados.
Además, significa justificar una amplia experiencia docente, que en mi caso no solo fue en la titulación de Grado en Enfermería, también soy docente de Master Universitario en Enfermería de Urgencias y Cuidados Críticos, además de coordinadora desde hace 14 años. He sido docente y coordinadora de dos programas de master internacional: erasmus mundus, que se ha impartido completamente en inglés durante 12 años.
Tampoco quiero olvidar mi experiencia como enfermera asistencial y gestora. ¡No ha sido fácil!
También tengo que decir que no he tenido prisa, ya que he disfrutado de mi trabajo tanto como enfermera asistencial en cuidados intensivos, en pediatría, como profesora vinculada, como directora de centro y creo que eso me mantuvo sin prisas por llegar, pero, al final estoy satisfecha de ello, sobre todo por la enfermería a la que represento.
¿Cuál es el futuro de la profesión y por qué es importante que existan enfermeras catedráticas?
La profesión de enfermería creo que está en buen momento a pesar del duro golpe sobre la salud mental que la pandemia provocó en todos los profesionales sanitarios y en los enfermeros en particular. Aunque la enfermería es tan antigua como la humanidad, en España, hasta que no se implantó el proceso de Bolonia, los enfermeros no podían acceder al doctorado y los doctores que somos enfermeros lo somos por ser doble titulados, en mi caso enfermera y licenciada en psicología.
La apertura a los enfermeros de poder realizar un máster oficial y el doctorado desde su título de enfermería ha sido vital. Ser doctor es imprescindible para el acceso no solo a una cátedra de universidad, también a una titularidad.
En la actualidad, la enfermería está en todos los ámbitos, tenemos enfermeros generalistas, especialistas, y, aunque todavía somos pocos los catedráticos de universidad con el título de enfermeros, ya no hay quien nos pare.
Me parece que es importante que haya catedráticos de universidad enfermeros porque eso significa que avanzamos y podemos llegar dónde queramos, no tenemos límite, solo va a depender de nosotros. En el futuro va a ser más fácil, la carrera académica es larga, pero, al que le guste puede empezar a prepararse con una meta clara y, si trabaja va a llegar.