El grupo, de carácter multidisciplinar, ha hecho de la convicción de que el final de la vida merece tanta atención como su inicio la piedra angular de su propuesta. Su objetivo es humanizar los cuidados paliativos y brindar compañía a quienes más lo necesitan, atendiendo no solo las necesidades médicas, sino también las dimensiones emocionales, sociales y espirituales de los pacientes.
El origen del proyecto se remonta a 2023. Aquel año, Said, un paciente hospitalizado en Huesca y en sus últimos días de vida, expresó su temor a morir en soledad. La respuesta solidaria de voluntarios de distintas entidades, que acudieron a acompañarlo hasta el final, marcó un antes y un después.
El proyecto está impulsado por Verónica Calderero (Oncología), Teresa Oliván (Medicina Interna), Nieves Otín (Enfermera planta 6), Paloma Sánchez (Psicóloga ESAD), Mirian Lorenzo (Enfermera ESAD), y Marta Escartín y Carmen Garcés (Unidad de Trabajo Social).