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Rosa Pardo

El Colegio de Enfermería de Cantabria ha entregado este año la medalla al Mérito Profesional a la enfermera Rosa Pardo. Tras años dedicados a la profesión, Pardo ha logrado este reconocimiento a raíz de que sus compañeros presentaron su candidatura. “Es un motivo de orgullo que hayan sido ellos, los que han compartido conmigo el día a día, los que me han propuesto para optar a este galardón. Esto es otro premio añadido”, destaca Pardo.

Dedicada en cuerpo y alma a ser enfermera de neonatología, ella considera que es algo que te marca. “Te hace ser delicada, responsable y muy minuciosa y eso perdura siempre”, destaca.

Pardo ha vivido el cambio de la profesión durante toda su trayectoria y ha conocido cómo ha ido creciendo la enfermería a través de los años. “Cuando yo comencé a trabajar como enfermera en Neonatología se puede decir que había cunas, incubadoras, unas pocas enfermeras y auxiliares y muchos niños ingresados. La tecnología era nula. Los padres no tenían permitido participar en los cuidados de sus hijos, era algo que apenas tiene semejanza con la Neonatología actual”, resalta.

Rosa Pardo acaba de jubilarse y, para ella, la jubilación es un periodo de grandes oportunidades. “He comenzado a hacer lo que mi jornada laboral no me permitía. Siempre he sido muy activa y pienso seguir manteniendo la actividad mientras mi salud me acompañe”, puntualiza.
La enfermera, que asegura que no hubiese elegido ninguna otra profesión porque eso es lo que siempre quiso ser, guarda miles de recuerdos de sus años en el hospital. “En mis primeros tiempos todos los niños nacían, incluso los niños con malformaciones severas. No he olvidado la carita de muchos de ellos, de los que permanecieron largo tiempo a nuestro lado. Algunos, por varios motivos, nunca fueron con sus familias y permanecieron años con nosotros”, subraya Pardo.

Redacción