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María Teresa Gavaldá, María Rosa Moreno y Ana María Molina

Los trabajos Limitación del esfuerzo terapéutico en neonatos e Incidencia de úlceras iatrogénicas en la UCIPN del Hospital Universitario General de Castellón son los ganadores del premio a las mejores comunicaciones póster otorgados por el Consejo Andaluz de Enfermería y el Colegio de Enfermería de Málaga en el XXXVI Congreso de Cuidados Intensivos Pediátricos y Neonatales.

Ana María Molina fue la encargada de presentar la primera comunicación en la que se buscaba, mediante una revisión bibliográfica de las principales bases de datos y protocolos, conocer las situaciones en las que estaría indicada una limitación del esfuerzo terapéutico en el neonato. Enumerar los principios bioéticos que se deben tener en cuenta en la limitación del esfuerzo terapéutico. Describir el papel del enfermero pediátrico en el proceso de limitación del esfuerzo terapéutico y conocer las necesidades de apoyo y ayuda profesional de la familia del neonato a la hora de poner en práctica la limitación del esfuerzo terapéutico.

Entre las conclusiones a las que han llegado estas enfermeras se encuentran las siguientes: cada año nacen unos 15 millones de niños prematuros en el mundo, y cerca de un millón muere o sufre discapacidad física o neurológica. Por ello, es importante conocer los diferentes casos en los que está indicada la LET.

Las sociedades científicas implicadas en la atención a recién nacidos con prematuridad extrema, o bien con enfermedades muy graves, deben establecer límites a la instauración de tratamientos mientras no se pueda garantizar de manera suficiente que, con esta actitud terapéutica, no se causarán o no se agravarán secuelas muy importantes para el neonato.

El profesional sanitario siempre debe respetar la vida humana, evitando incurrir en extremos peligrosos relacio¬nados con el manejo del niño gravemente enfer¬mo, que lo lleven a la futilidad o encarnizamiento terapéutico para prolongar su vida biológica o al desinterés en su atención, por las consecuencias negativas que puede ocasionar en la familia.

Es claro que los roles de los profesionales in¬volucrados en la LET no están definidos. Sin embargo, el papel de enfermería es de suma importancia en este proceso para la familia y cuidado del paciente. Por ello, se deben resaltar las funciones que realiza este grupo profesional, justificando su participación en las actividades en las cuales no está siendo tenido en cuenta de la manera que se debiera.

El enfermero puede y debe participar activamente en las decisiones del equipo sanitario, y también en las relativas al inicio o retirada de un tratamiento o procedimiento en el paciente crítico irreversible cuando se percibe una desproporción entre los fines y los medios.

Una adecuada comunicación entre el personal sanitario encargado del cuidado del neonato y la familia de éste es imprescindible en todo el proceso de LET.

El segundo trabajo, presentado por María Teresa Gavaldá y María Rosa Moreno, estudió por qué las úlceras de origen iatrogénico constituyen un problema de manejo de enfermería en las unidades.

Está demostrado de manera amplia que la prevención es la mejor arma con la que cuenta el personal sanitario de manera que este grupo de enfermeras quiso mostrar la importancia de ello evaluando la incidencia de úlceras y determinando las causas más frecuentes.

Con una muestra de 222 niños ingresados a lo largo de 2014 realizaron un estudio retrospectivo observacional en el que recogieron datos según una planilla que quedaron registrados en el libro de la unidad de UPP y en el sistema informático del propio ho spital.

De todos los pacientes estudiados inicialmente libres de UPP, 25 desarrollaron al menos una UPP, por lo que la incidencia de UPP en nuestra unidad en el periodo a estudio fue de 11,4%. Porcentaje anual de aparición UPP por sistemas de ventilación: 6,76%. Porcentaje anual de aparición de estas lesiones: 2,25%. Porcentaje anual de aparición de estas lesiones secundarias a otras causas: 2,25%

Como conclusión por los resultados obtenidos, este grupo de enfermeras indica que se debe incidir en la protección de la piel en las zonas de presión (especialmente tabique nasal) de las interfases y TET (tubo endotraqueal) utilizados en la VM. De igual manera se debe hacer hincapié en una mayor vigilancia de los accesos venosos en el neonato por su incapacidad de expresión verbal y su piel más inmadura. “Es responsabilidad de las enfermeras pediátricas ofrecer a los niños los mejores cuidados integrales, para la prevención de las UPP”, afirman.

Redacción