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Jueves, 07 Abril 2016 12:20

“La enfermería debe aumentar sus competencias en el manejo de la diabetes”

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Como cada 7 de abril, hoy se celebra el Día Mundial de la Salud. Este año la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha decidido dedicarlo a intensificar la prevención, mejorar la atención y reforzar la vigilancia de la diabetes. Una patología en la que la enfermería ha asumido desde hace años un papel protagonista, pero que, para Fidel Rodríguez, presidente de la Sociedad Española de Enfermería Familiar y Comunitaria todavía debe “aumentar sus competencias en el manejo y control del tratamiento farmacológico y su modificación de forma autónoma”. Algo perfectamente factible si no se hubiera modificado el Real Decreto de prescripción enfermera, afirman desde el Consejo General de Enfermería.

Según previsiones de la Organización Mundial de la Salud esta enfermedad será la séptima causa de defunción para 2030. De hecho, se estima que 350 millones de personas en todo el mundo tienen diabetes, una cifra que probablemente se duplicará en los próximos 20 años.

Los objetivos principales para esta campaña son “incrementar la concienciación respecto del aumento de la diabetes y de sus abrumadoras cargas y consecuencias, en particular en los países de ingresos bajos y medios e impulsar un conjunto de actividades específicas, eficaces y asequibles para hacer frente a la diabetes, con medidas para prevenirla y para diagnosticar, tratar y atender a quienes la padecen”.

No en vano, como recuerdan en la OMS, “se calcula que en 2012 fallecieron 1,5 millones de personas como consecuencia directa de la diabetes”, donde la diabetes tipo 2 representa el 90% de los casos mundiales de esta patología.

Vence a la diabetes

Para concienciar sobre este problema, la OMS ha elaborado una campaña bajo el lema “Mantente en superforma. Vence a la diabetes”. Siguiendo la estética del cómic, los pacientes son superhéroes que pueden vencer a la enfermedad. Para ello sólo han de seguir los consejos para evitar el aumento del sobrepeso, la obesidad e la inactividad física en la población, incluso entre los niños.

Así, los principales pasos a seguir estarían llevar una dieta sana, rica en frutas y verduras y pobre en azúcar y grasas saturadas puede ayudar a prevenir la diabetes de tipo 2 y también ayudar a controlar la diabetes de tipo 1 y 2. Realizar al menos 30 minutos de actividad regular de intensidad moderada casi todos los días. Consultar a un profesional sanitario si se piensa que puede tener la enfermedad, por haber tenido síntomas como sed, hambre, pérdida de peso, cansancio o visión borrosa, aunque también recuerdan que muchos pacientes no muestran ningún tipo de signo de la enfermedad.

Por último, recuerdan que “las personas diabéticas pueden vivir bien si siguen un plan de tratamiento desarrollado junto con un profesional de la salud. Existen formas distintas de tratar la diabetes y controlar la glucemia, como la dieta sana, la actividad física, tomar los medicamentos recetados, controlar la tensión sanguínea y evitar el tabaco”.

El papel de la enfermería

En España, en el caso concreto de la diabetes, la enfermería ha asumido desde hace años el papel protagonista tanto en el tratamiento como en la educación para la salud de las personas que padecen esta enfermedad. De hecho, tras realizarse el diagnóstico, el paciente diabético es remitido a la consulta de enfermería. De esta manera, la referencia sanitaria a la hora de ayudarle a mantener la máxima calidad de vida no será otra que su educador en diabetes, que en un 90% de los casos es una enfermera. Este profesional es el que llevará a cabo un seguimiento exhaustivo del paciente, supervisando personalmente su aprendizaje y enseñándole a controlar las diferentes variables que permiten evitar situaciones de gravedad y reducir las complicaciones de la enfermedad.

Para conocer en profundidad el papel que desempeña la enfermería en la prevención y seguimiento de esta enfermedad hemos hablado con Fidel Rodríguez Rodríguez, presidente de la Sociedad Española de Enfermería Familiar y Comunitaria, para quien se trata de uno de los campos con mayor proyección de la profesión. Un futuro que pasa por “aumentar las competencias en el manejo y control del tratamiento farmacológico y su modificación de forma autónoma mediante una práctica avanzada basada en las recomendaciones establecidas por las Guías de Práctica Clínica”, a la vez que las enfermeras asumen “un papel más activo de promoción, educación para la salud y prevención de la enfermedad en la comunidad”.

A este respecto considera que la enfermera, especialmente en el ámbito de la atención primaria, puede y debe “trabajar con pacientes prediabéticos para su reeducación con la promoción de medidas que reduzcan la aparición de la enfermedad: dieta, ejercicio físico…”. También puede colaborar con la comunidad “en la sensibilización sobre la adopción de hábitos de vida saludables desde el consejo individual, distribución de material divulgativo, participación en los medios de comunicación, o interviniendo en campañas dirigidas a amplios sectores de la población o a colectivos específicos como colegios e instituciones sanitarias”.

Tal y como reconoce Rodríguez, “el papel de los enfermeros en el control de esta epidemia está más que demostrado: lo hacen a diario en la consulta, tanto en el ámbito hospitalario como en el primer nivel asistencial, aunque “quizá se deba mejorar la cobertura a los grupos de riesgo para optimizar su información, educación, su propio autocuidado y fomentar estilos de vida saludables”.

Tras el diagnóstico, los enfermeros tienen un papel destacado en la atención a estos pacientes “en el control de la enfermedad, el adiestramiento para el manejo del régimen terapéutico a fin de que incorporen el tratamiento, la dieta, el ejercicio… a sus rutinas habituales y el manejo de la información sobre la enfermedad”. En este aspecto “es fundamental su papel como educador, sin olvidar a las familias y cuidadores no profesionales”.

Gema Romero