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Teruel reclama formación específica en violencia de género para atender a los niños víctimas de esta lacra

En lo que va de año 2017 han muerto siete niños a manos de sus padres o las parejas o exparejas de sus madres. De acuerdo a los últimos datos oficiales publicados, es el número más alto de niños víctimas de violencia de género desde que se comenzó a registrar estos crímenes en 2010. Los niños son las víctimas invisibles de esta lacra y la enfermería tiene un rol esencial en la detección de estos casos. “Es fundamental, como se está ya haciendo en otros colegios de enfermería, la formación. Las universidades tienen que formar en violencia de género y los profesionales sanitarios se deben concienciar de que esto es un problema que tenemos que atender en nuestro día a día”, ha reclamado Raquel Sánchez Recio, jefa de la Unidad de Violencia sobre la Mujer de la subdelegación de gobierno de Teruel, en la jornada sobre atención socio sanitaria a hijos víctimas de violencia de género.

Este encuentro se ha celebrado en la ciudad gracias a la colaboración del Colegio de Enfermería de la provincia y la subdelegación de gobierno, en ella, más de 100 enfermeras han actualizado sus conocimientos y conocido testimonios y realidades para saber cómo detectar pacientes como estos. “Desde que soy presidenta en noviembre del año pasado formé una comisión de violencia El hincapié que hacemos desde el colegio es que tomen esto como una prioridad, un recurso de trabajo y se tenga en cuenta en Atención Primaria como cualquier otro problema de salud, porque es un problema de salud, no es una lacra social y se necesita que se trabaje en ello como en otros problemas de crónicos o dependientes”, demanda Marian Roca, presidenta del Colegio de Enfermería de Teruel.

“Los enfermeros deben estar bien formados y tener una visión amplia, observar la violencia de género como un problema de salud y no un problema social. No sólo observar signos físicos, estar atentos a signos que afecten a la conducta como cambios en el comportamiento, cambios en el humor. También observar si tienen problemas en el colegio que antes no tenían, síntomas que hacen ver que el niño tiene cambios en su actitud”, explica la enfermera experta en violencia de género.

Tratar al agresor

Para la enfermera es igual de importante aprender a detectar a las víctimas como instruirse en cómo tratar a los agresores. Raquel Sánchez, tras su experiencia como enfermera de instituciones penitenciarias, trató con muchos de estos agresores y durante sus 12 años observó que “ellos se vendían como víctimas y para nada reconocían el daño que habían hecho”. Por esta razón, consideró importante incluir en la jornada un espacio para aprender “las herramientas para reconocer al agresor, no dejarse llevar por sus testimonios”. Para ello Santiago Boira, profesor de la Facultad de Ciencias Sociales y del Trabajo de la Universidad de Zaragoza ha centrado su charla en las claves para que un profesional sanitario trate adecuadamente con el agresor, a través de ejemplos ha enseñado a los asistentes a “intentar establecer una relación de confianza con el paciente – en este caso el agresor- para buscar una puerta de entrada y concienciar de quien es realmente la víctima”, relata Raquel Sánchez.

Testimonios

Para hacer ver la dura realidad a la que se enfrentan los niños víctimas de violencia, la sanitaria ha contado alguno de los casos a los que se ha enfrentado durante su experiencia profesional. “Recuerdo un caso de una pareja en principio normalizada, ella se divorcia porque estaba siendo víctima de violencia de género y en ese momento el padre empieza a utilizar al hijo para agredir a la madre. Le enseñaba a insultar a su propia madre. Es un claro ejemplo de instrumentalización del hijo para agredir directamente a la madre, los niños son siempre dobles víctimas en este tipo de situaciones. Como profesionales sanitarios debemos ser conscientes de esto e ir más allá”, reclama la enfermera.

Café solidario

Además de la formación a profesionales en este ámbito, el compromiso del colegio aragonés va más allá y por esta razón, durante la jornada, se ha organizado un café solidario. Los asistentes a la jornada tuvieron la oportunidad de contribuir con lo que deseaban para costear necesidades de las casas de acogida de mujeres, niños y niñas víctimas de violencia de género de la ciudad. Con lo recaudado durante el evento “se cubrieron las necesidades de comprar una silla de coche para trasladar a los niños y dos mantas de cuna”, explica la presidenta del Colegio de Enfermería de Teruel.

Este encuentro pretende tener continuidad y aumentar la formación de enfermería en esta materia. “En la siguiente jornada – que tendrá lugar en noviembre del año que viene- participará una matrona especializada en género y en atención a niños y un grupo que trabaja con hijos e hijas víctimas de violencia de género y con adolescentes que presentan conductas disruptivas de Tarragona”, concluye Raquel Sánchez Recio.