El estudio surgió por la necesidad de dar una alternativa de cuidados a los pacientes con lesiones recalcitrantes que no responden a un tratamiento estándar durante más de dos años.
“Comenzamos el tratamiento en un adolescente que llevaba desde la infancia con verrugas en todos los dedos de las manos y en la tercera sesión el resultado fue espectacular, aunque hicieron falta cinco para erradicarlas completamente”, explica Martín de Aguilera.
A raíz de esto, las enfermeras se propusieron hacer un seguimiento de todos los pacientes que atendieron en un año (13 en total) y después lo presentaron en el congreso.
Para ellas, este galardón es un reconocimiento de muchos años de trabajo y un paso más para la enfermería.
Las dos enfermeras resaltan la importancia del trabajo enfermero con estos pacientes, ya que son las encargadas de informarlos sobre el proceso, preparar cada una de las lesiones limpiando, descostrando y aplicando el tratamiento.
Ángel M. Gregoris