El futuro de las profesiones

Desde hace unos meses estoy leyendo sobre el futuro de las profesiones y presiento que es poco halagador. Las profesiones sanitarias tienen un gran valor social y han renovado su “gran trato social”, es decir ese contrato que tienen con la sociedad a la que atienden sistemáticamente sin que nadie lo haya cuestionado. Sin embargo, esto, algo que estaba muy claro para todos, comienza a no ser así. Quizás sea así porque el “gran trato social” se basa en el conocimiento que ancestralmente han poseído, guardado, renovado y utilizado para conseguir un monopolio en la prestación de sus servicios.

Pero las cosas están cambiando mucho más deprisa de lo que parece, me refiero a los avances tecnológicos que simplifican y mejoran las formas de hacer y sobre todo las automatizan preconizando que habrá cambios, muchos cambios en el “gran trato social” de los ciudadanos con las profesiones.

En pocos años nada impedirá que los límites, ahora sagrados, de la medicina o de la enfermería se vean rebasados, ya se están viendo rebasados por los acontecimientos basados en la inteligencia artificial o la robótica. Los pacientes pueden consultar mediante una interfaz amigable sistemas de diagnóstico y planificación de tratamientos y las enfermeras ser asistidas por este tipo de sistemas que ya existen (Watson es uno de estos sistemas o los “rastreadores” de la Clínica Mayo) o ser dotadas con un traje mecánico, existe uno que cuesta menos de 2000 dólares, que funciona como un exoesqueleto permitiendo la movilización de los pacientes sin esfuerzo. Esto nos puede estar sonando a ciencia ficción, pero en los próximos 10 años los avances en los campos de la robótica o de la inteligencia artificial serán de tal magnitud, que cientos de miles de empleos ya no serán necesarios.

Es posible que esta automatización o innovación tecnológica nos perturbe desde el pun-to de vista de los profesionales, pero si se mira desde el punto de vista de los clientes o pacientes que usan o usamos los servicios de las profesiones, estos cambios producidos por la tecnología se transforman en cambios positivos, o es que vamos a seguir viendo con buenos ojos las listas de es-pera para operarnos o para acceder a un tratamiento que proveedores alternativos nos ofrecen de forma más rápida, accesible y/o eficaz.

La transformación de las profesiones, incluida la enfermera, es inevitable. Los cambios que están por venir afectarán, en gran medida, a todas aquellas tareas repetitivas, a la forma de educar a los profesionales, a la futura especialización, al número de profesionales necesarios y sobre todo a la forma conocida del reparto del trabajo.

Fidel Rodríguez Rodríguez

Autor Fidel Rodríguez Rodríguez

Expresidente del Colegio de Enfermería de Ávila y analista de la profesión con una crítica sincera, desde la vertiente sanitaria y universitaria

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