Burnout y Liderazgo II

Cuando el estrés aumenta el personal siente que el soporte de los compañeros disminuye y que la contribución al trabajo de los mismos no es igual a la propia. Es fundamental adquirir habilidades y conocimientos en autocontrol emocional, comunicación, motivación para el cambio, básicos para las relaciones profesionales, especialmente en situaciones de angustia o estrés y para provocar cambios en los conocimientos, las actitudes, las habilidades y los comportamientos de los profesionales que les ayuden a resolver los problemas y tomar decisiones, a afrontar las dificultades y vivirlas sanamente y a aceptar los límites cuando estos no se puedan superar. En este punto es clave la formación específica para adquirir dichas habilidades y facilitar el autocontrol de los equipos de enfermería.

El apoyo que prestan los líderes enfermeros a los profesionales, se presenta como una de las principales herramientas para controlar el estrés, destacando la alta valoración que hacen del trato del supervisor (estilo amigable), hasta tal punto que llegan incluso a decir que éste es más importante que el hecho de que den respuesta a sus demandas. Por otro lado si se actúa como que los profesionales de enfermería sienten que su supervisor valora sus contribuciones, incentiva su comportamiento y atiende sus necesidades le perciben como un líder transformador, aumentando la satisfacción laboral.

Parece inevitable preguntarse si existen profesionales de enfermería del área de la gestión que puedan estar mejor preparados que otros para prevenir el burnout en sus equipos, ¿sería interesante identificar a los profesionales con una mayor resistencia al estrés?

Pues, según los estudios realizados por Ríos Rísquez en personal de enfermería, se concluye que mientras algunos sujetos son vulnerables al estrés, otros mantienen una fuerte resistencia a los efectos de éste. Parece que esta investigadora extrae la conclusión de que existen algunas variables de personalidad como son la: autoconfianza, autoestima y auto-eficacia, que si se expresan en el individuo, por encima de la media poblacional, éstos tendrán una mayor posibilidad de afrontar el estrés de forma sencilla y es más que probable que sean mucho menos vulnerable a desarrollar burnout.

Entre las acciones más relevantes estaría promover la satisfacción laboral de las enfermeras/os en las diferentes áreas de actividad, esto estaría sin duda asociado al reconocimiento profesional y al ambiente organizacional que como líderes enfermeros se desarrollen en las diferentes áreas de responsabilidad. Una planificación adecuada de la actividad asistencial, la identificación precoz de problemas y disfunciones y el plantear soluciones eficaces es una de las prioridades que se deben contemplar.

Respecto al reconocimiento profesional es clave el realizar una labor activa potenciando las conductas profesionales positivas, esto es fácil pero se realiza pocas veces, siendo tan sencillo como el agradecer y felicitar por el trabajo bien hecho a nuestro equipo, generando un clima laboral de recompensas y positivismo hacia el trabajo realizado.

Otro aspecto clave para los gestores enfermeros es tener un correcto y adecuado dimensionamiento de plantillas y ratio enfermera/paciente, ya que la inadecuada relación laboral, mala gestión y escasos recursos humanos ante incrementos de actividad asistencial o desproporciones entre la actividad cuidadora a realizar y el número de profesionales para realizarlo es de los factores que desencadenan mayor estrés, desmotivación y fatiga profesional, ya que esto sin duda está asociado con una percepción muy baja de la calidad de cuidados prestado siendo el motivo de mayor desmotivación laboral. Para conseguir adecuar las plantillas de profesionales en las distintas áreas de cuidados, hay que conocer y aplicar las recomendaciones de ratios de las diferentes sociedades científicas de enfermería por unidades o servicios y por otro lado realizar de forma periódica estudios de cargas de trabajo utilizando metodologías contrastadas como el PRN28-30 o las Parrillas de Niveles de Dependencia de Montesinos, para adecuar realmente las necesidades de personal a las verdaderas cargas asistenciales en las diferentes unidades de enfermería en cada momento.

Sin duda se debe potenciar la motivación de los profesionales, entre las herramientas más importantes para conseguirlo están el desarrollo profesional a través de la formación continuada y el potenciar la investigación en enfermería. Sin olvidar que debemos potenciar formación específica que promueva la adquisición de habilidades y conocimientos en autocontrol emocional. Todo lo anterior estaría relacionado con potenciar la autoconfianza, la autoestima y autoeficacia. Para alcanzar por parte de las enfermeras/os el control de lo realizado y el afrontamiento de situaciones con seguridad y estabilidad emocional (Potenciar la conducta tipo A y el locus control).

Otro aspecto fundamental es generar confianza en nuestros equipos para ello el uso de la comunicación interna como herramienta de gestión debe ser una estrategia priorizada en los equipos directivos y supervisores de enfermería.

El estilo de liderazgo y la gestión de personas de los supervisores y gestores enfermeros, debe ser participativo, cercano a todo el equipo, líder que escucha y que se implica en buscar soluciones, con un enfoque claro de trabajo en equipo. Se debe proporcionar autonomía, potenciar la comunicación interna y las interrelaciones personales. Consideramos el estilo de liderazgo transformacional el más acorde para generar satisfacción laboral, creatividad y minimizar el síndrome de estar quemado en el trabajo.

1 Comment

  1. Diego Ayuso

    Muchas gracias Carmen, es necesario un cambio de enfoque y profesionalizar la gestión, prestando especial atención en la gestión de personas, los profesionales son la clave de las organizaciones y a veces esto se olvida. Un cordial saludo.
    Diego Ayuso.

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