“Creemos que es importante analizar situaciones en las que las respuestas humanas de los pacientes ante la enfermedad afectan a las personas que se dedican a sus cuidados. Las situaciones que se dan durante estas interacciones pueden provocar en el personal conflictos que desemboquen en situaciones como el Síndrome de Burnout, depresiones o estrés. Estas situaciones, además de repercutir sobre nuestra salud, podrían influir en la calidad de los cuidados que administramos a nuestros pacientes”, afirman los enfermeros.
Tras analizar los resultados, observaron elevados niveles de ansiedad en los profesionales, sobre todo en el apartado con el propio proceso de morir. Sin embargo, los investigadores resaltan que “no se encontró ningún valor estadísticamente significativo a la hora de relacionar esta ansiedad con distintas cuestiones sociodemográficas”.
Asimismo, puntualizan que en el caso de las enfermeras observaron mayores niveles de ansiedad ante la muerte en todas sus dimensiones cuando se dedicaban al cuidado de niños. “Respecto a la inteligencia emocional, también se obtuvieron mayores niveles en todas sus variables, excepto en la dimensión ‘regulación’, que fue menor. No obstante, y de forma global, los niveles de inteligencia emocional se consideran dentro de la normalidad en ambos grupos. Finalmente, en cuanto a los niveles de resiliencia, se observaron niveles altos, sin grandes diferencias entre ambos grupos”, apuntan.
Para ambos, “este galardón es realmente una fuente de motivación y alimenta nuestras ganas de seguir investigando, ya que esta labor de las enfermeras es de gran importancia para el desarrollo y evolución de nuestra profesión”.