Tras analizar los datos, comprobó que es un método protector frente al sobrepeso, “que no tiene mayor riesgo de asfixia, que, aunque los lactantes que siguen el BLW tienen un mayor déficit de hierro, este hecho se corrige haciendo especial hincapié en los padres para que ofrezcan a sus hijos alimentos ricos en hierro”.
Para ella, “las enfermeras tienen un papel clave en este ámbito, puesto que son las profesionales sanitarias que, junto a los pediatras, realizan las recomendaciones a las madres sobre cómo introducir nuevos alimentos sólidos en la dieta de sus hijos a partir de los seis meses”. Con este trabajo, la enfermera espera que “se amplíen las competencias y se incite a futuras líneas de investigación”.
Tras conseguir el galardón, Calabuig asegura que es “toda una satisfacción personal y un hecho que me incentiva a seguir investigando y trabajando sobre el tema”.
Ángel M. Gregoris