Por amor a la ciencia: díselo con un anillo de Saturno

Día de San Valentín y, como cada año, el amor se mercantiliza más y más. Me imagino un querubín en pañales con un saco atado a la cintura dejando un rastro de monedas a su paso por el cambio de hoja en el calendario. Me encanta el efecto consumista que se expande hasta el día siguiente, día del que quiero hablar aquí, Día Internacional del Cáncer Infantil. Al fin y al cabo, somos libres de querernos sin regalos materiales, de amar a otros y a nosotros mismos cada día del año, ignorando por completo y en conciencia el 14 de febrero. Pero la cura del cáncer no es libre de avanzar sin financiación. Y sí, unos días son más rentables que otros.

Grandes marcas se apuntan cada año con más fuerza, más entusiasmo, más afán de rentabilizar. Si tú compras, ellos donan. El cáncer, sin duda, se sobrelleva gracias al amor, pero se cura con dinero. Dinero para investigar, para tratamientos, para hospitales, para profesionales, para que la formación especializada no dependa de la aportación, en algunos casos, de asociaciones de padres como Aspanoa, sino que se haga cargo de ella el Sistema público de salud. ¿No sabes qué regalar? Regala un cheque a su nombre como donativo para la reforma de la UCI del Hospital Niño Jesús de Madrid que promueve la Fundación Aladina, para que en ese techo brillen las constelaciones más impresionates: díselo con un anillo de Saturno. Entrad de la mano en un restaurante de comida rápida. No tengo en mente una cena romántica, sino todas las monedas que se lanzan a la Fontana de Trevi que podrían llenar miles de huchas para la Fundación Infantil Ronald Mc Donald y que tan necesarias son. Pedid juntos un deseo; pedid que una familia no se separe durante una de las vivencias más difíciles para el ser humano: una enfermedad como el cáncer infantil. Ese 20% que aún no sobrevive es aterrador. Y no vamos a olvidarlos. La ciencia no los va a dejar. Pedid para que unos padres no tengan que vender su casa para pagar aportes nutricionales o un piso de alquiler junto al hospital, dejando el trabajo, separándose del resto de la familia.

Y aun así, sin dinero, el amor por la vida lleva a los mejores artistas profesionales a dar su tiempo y su talento para ayudar en el duro proceso de la enfermedad infantil. Si no la conoces, escucha “La canción que cura” que ha compuesto Natalí Castillo y que lleva con su voz dulce y envolvente a los hospitales. Yo la conocí en la presentación de la colección “Cuentos para crecer por dentro” y que bien merecen un texto aparte. Los mejores payasos; los mejores locutores. De ellos también hablaré pronto.

El 14 y el 15 de febrero se funden en una imagen: una pareja norteamericana casándose en el hospital donde su hijo permanece ingresado por un cáncer. Es para creer.

Lo que es seguro, es que el sentimiento de amor nunca estará en venta. Pero ojalá que sí, que los lazos dorados sean muy rentables este año, y que de ese negocio muchos hospitales, equipos sanitarios, proyectos, laboratorios, niños y sus familias se beneficien.

Y todo por amor. Por amor a la ciencia.

Alicia Chamorro

Autor Alicia Chamorro

Alicia Chamorro García es enfermera. Durante varios años trabajó en el Hospital de oncología de Bruselas, el Institut Jules Bordet. Actualmente investiga sobre el impacto de la ficción en la enfermedad y al final de la vida en cuidados paliativos pediátricos. Fundadora de "Cuéntame algo que me reconforte". #CAQMR

2 Comments

  1. Hola alicia,

    Me ha gustado mucho tu post.

    Felicidades 🙂

    Saludos de una enfermera de Madrid!

  2. Mer

    Pues mira, esos son regalos por los que merecería la pena celebrar el día. Cualquier día

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