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Cristina García

La Copa de la Reina de fútbol femenino celebró este fin de semana su gran final en el Estadio La Rosaleda de Málaga. Mientras en el césped, las protagonistas fueron las 22 jugadoras que disputaron el encuentro, en el palco, todas las miradas estaban puestas en Cristina García, la enfermera malagueña que superó el COVID-19 tras una dura lucha contra el virus.

Cristina fue la encargada de entregar el trofeo de campeonas a las jugadoras del FC Barcelona, a la postre vencedoras de esta Copa de la Reina. De esta manera, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) quiso rendir homenaje a todos los sanitarios y sanitarias de nuestro país que han luchado y aun siguen luchando contra la pandemia.

Nuestra protagonista enfermera cuenta que recibió la llamada del propio presidente de la RFEF, Luis Rubiales, porque su historia le había emocionado, y que cuando le propuso representar a todos los profesionales sanitarios, y a las enfermeras en particular, en este homenaje, aceptó sin pensárselo.

“Fue muy emotivo -asegura- porque no me lo esperaba y porque vivir la enfermedad como yo la he vivido es muy duro”. Y es que esta enfermera que trabaja en el Hospital Regional Carlos de Haya de la capital malagueña tuvo que ser incluso inducida al coma durante varios días debido a la gravedad de su estado. “Sentí mucho miedo, especialmente antes de ser entubada” asegura.

Por si esto fuera poco, durante la enfermedad, Cristina estaba embarazada, y en el momento de entrar en coma tuvieron que hacerle la cesárea para salvar la vida de su pequeña. “Cuando me desperté, no hacía mas que llorar y llorar, porque ya no tenía a mi hija Daniela conmigo, pero mis compañeras me tranquilizaron y me explicaron todo lo que había pasado”, afirma una emocionada Cristina García.

Recuerda con especial cariño el gesto de una compañera enfermera del Hospital Materno Infantil de Málaga que, tras pedir permiso al padre de la pequeña, grabó durante todos los días que estuvo ingresada un video a la pequeña Daniela para enviárselo a Cristina, con la intención de que, hasta que se recuperara completamente, no se perdiese ni un solo día de la vida de su bebé.

Cristina quiere aprovechar para mandar un mensaje a toda la población: “Tenemos que cuidarnos mucho, que esto no es ninguna tontería” y en especial a sus compañeras enfermeras, a las que envía todo su ánimo y toda su fuerza “porque no lo están pasando bien, sobre todo a nivel emocional y psicológico”.

Contenido revisado en Marzo de 2024.
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