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Judith Shamian, presidenta del Consejo Internacional de Enfermería: “Cuando España tenga trabajos que ofrecer, las enfermeras no van a estar aquí para desempeñarlos”

n “Hay que conectar el CIE con otras agencias de la ONU y organismos económicos"

n "A las enfermeras españolas se les pide que hagan más y más con cada vez menos recursos”  

 

La presidenta del Consejo Internacional de Enfermería, la canadiense Judith Shamian, visitó recientemente España con motivo de la presentación del Pacto por la Sanidad. Comparte los desvelos del Consejo General de Enfermería por el incierto futuro de los profesionales en nuestro país, de los 20.000 que han perdido su trabajo durante la crisis y de los que emigran y no desempeñan puestos acorde a su excelente cualificación. Sin embargo, entre un horizonte gris destaca la sintonía entre el Consejo, el Gobierno y el principal sindicato de enfermería. Agradece la lucha y la entrega de las enfermeras a pesar de todas estas dificultades.

Judith Shamian, presidenta del Consejo Internacional de Enfermería (CIE) Judith Shamian, presidenta del Consejo Internacional de Enfermería (CIE)

 

¿Cuál es el papel de la enfermería en unos sistemas sanitarios en situación de crisis?
La enfermería tiene un papel mayor en crisis económicas y otros tipos de crisis, fundamentalmente porque hay mayor presión y estrés en esos momentos. Enfermeras y enfermeros deben prestar más atención especialmente a la salud mental y ver si las personas están bajo presión, en situación de depresión o cualquier condición que afecte a su salud. Otro punto importante es que enfermeras en tiempos de crisis deben cuidarse a sí mismas para poder seguir cuidando de los demás.


¿Cuál es la situación de la enfermería española, según sus referencias, liderando de alguna manera la enfermería europea?
La comunidad de enfermeras y enfermeros española y su Consejo General tienen una gran reputación en Europa por la gran calidad de la Formación, al nivel de cuidados que prestan y el liderazgo político de la profesión y el Consejo General. El doctor González Jurado desempeña una función muy activa con las dos principales organizaciones de enfermería en la UE, como son la Federación Europea de Asociaciones de Enfermería (EFN) y la Asociación Europea de Estudiantes de Enfermería (ENSA). Siempre están listos desde el Consejo para ayudar y trabajar juntos por el desarrollo y la cohesión en la profesión a nivel internacional.

 

 

¿Qué recomendación haría ante el déficit de profesionales en Europa y en España en particular?

Hay varias cosas que pueden hacerse. En primer lugar, el Gobierno debe entender que el ratio entre médicos y enfermeras es un importante elemento a la hora de construir la política sanitaria. Lo que significa que el número de médicos que se forman y el número de enfermeros que se forman debe cambiar. Lo siguiente es que los fondos que se destinan al sistema sanitario deben estar en consonancia al número de enfermeros y médicos. Los responsables sanitarios deben de garantizar que las enfermeras realizan los trabajos para los que están capacitadas sin minimizar su papel o su función. Garantizar un número adecuado de enfermeras, realizando las tareas adecuadas, es rentable en términos clínicos y en términos económicos. Todos se benefician de tener un ratio adecuado, las familias, el Gobierno y las propias enfermeras.

A pesar de esa falta de profesionales que tenemos en España, una buena parte de ellos tienen como única opción irse a otro país a trabajar, ¿Cómo valora esta circunstancia?
Creo en la libertad individual sobre dónde quiere vivir cada persona. Pero si van fuera porque no pueden mantenerse económicamente aquí, ésa es una cuestión distinta. A veces las enfermeras se marchan a trabajar a otro lugar y pueden continuar desempeñando un buen puesto, continuar con su formación y desarrollo profesional y ése es un tipo de experiencia positiva. Pero muy diferente es, como me contó el doctor González Jurado, que fue a Alemania a ver cómo enfermeras españolas están siendo contratadas por un nivel inferior incluso al de las auxiliares. Es muy importante ofrecer buenos cuidados a los mayores y a los enfermos, pero las habilidades de las personas deben valorarse y muchas veces no situamos las capacidades adecuadas en los lugares adecuados. El problema es que cuando España tenga trabajos que ofrecer, las enfermeras no van a estar aquí para desempeñarlos. Muy a menudo la gente que se ha ido al extranjero no regresa porque ya se ha hecho una vida en el país de acogida.

Una cuestión muy candente, y que forma parte del Pacto suscrito entre la enfermería y el Gobierno, ¿cuál va a ser el papel que va a jugar la enfermería en la gestión clínica, por ejemplo, en los hospitales?
Desde mi experiencia de muchos años de gestión en enfermería y otras áreas, los enfermeros son muy buenos gestores. La educación de una enfermera tiene un planteamiento sistémico, para cuidar de los pacientes también tiene que analizar la situación de su familia, de la comunidad, etcétera. Por lo tanto están acostumbrados a tener una visión de conjunto. Con algo de formación extraordinaria en temas de gestión se pueden convertir en grandes gestoras.

 

 

¿No sería lógico que las enfermeras tuvieran una formación más homogénea y desempeñasen el mismo papel en todos los países?
Creo que ésta es la pregunta más relevante, la función principal de una enfermera debe ser equivalente en todo el mundo y luego pueden existir especialidades y algunos matices y variaciones en función del contexto y necesidades de cada país. En una reunión recuente que mantuvo el Consejo Internacional de Enfermería (CIE) con algunas asociaciones nacionales de enfermería europeas, se pidió al CIE que elaborara un documento sobre los distintos niveles de enfermería, sus responsabilidades y su formación, porque parece haber confusión incluso en cuanto a la definición de enfermero o enfermera. En la Unión Europea creo que hay una definición compartida entre los distintos países, al menos en cuanto al nivel mínimo, pero no estoy del todo segura que eso sea así en la práctica.


¿Cuál sería el principal reto que tiene durante su presidencia de la institución?
Parecen mensajes simples, pero no lo son. Primero, en lo que respecta a la comunidad enfermera, debemos aprender a trabajar mejor. Por ejemplo, el acuerdo entre Consejo General de Enfermería y el sindicato de enfermería español es un excelente ejemplo de cómo unirse para trabajar conjuntamente. Mi segunda gran preocupación es cómo conectar la enfermería con organizaciones internacionales que no pertenecen al ámbito de la enfermería. La Organización Mundial de la Salud es el ejemplo más obvio, pero ¿qué pasa con otras como el Banco Mundial, u otras organizaciones o agencias dependientes de Naciones Unidas, o de tipo económico? Éstas toman decisiones con un alto impacto en la atención sanitaria. Por eso me gustaría ver a más enfermeras participando en política, en periodismo, en otros ámbitos porque, evidentemente, la enfermería tiene mucho que aportar a otros campos que toman decisiones que se reflejan después en el ámbito de la enfermería.


¿Le gustaría lanzar algún mensaje a las enfermeras españolas?
Claro. Como hemos hablado estos días, son tiempos muy difíciles para las enfermeras españolas, con presiones, expectativas… Se pide a las enfermeras que hagan más y más con cada vez menos recursos. Como presidenta del CIE quiero expresar un gran aprecio y gratitud, los españoles no podrían cuidar de su salud sin ese gran trabajo de las enfermeras. A la vez, en Canadá, por ejemplo, tenemos estudios que revelan que las enfemeras a veces estás más enfermas que los pacientes a los que atienden, porque siguen haciendo todo lo que está en su mano para cuidar de los pacientes y no se cuidan a sí mismas. Mi deseo para vosotros y vosotras es que cuidéis de vuestra salud, os apoyéis mutuamente. Trabajáis duro. Y también espero que siga ese clima de diálogo entre el Gobierno, el Consejo y el sindicato de enfermería y continuéis luchando por la profesión. Muchas gracias.

Alipio Gutiérrez/David Ruipérez