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Úlceras por presión: un problema grave y evitable

Varios países de Europa, América Latina y Estados Unidos han celebrado recientemente la III Jornada Mundial de la Prevención de las Úlceras por Presión, también conocidas como llagas o escaras y que sufren, al menos, 100.000 pacientes cada día en nuestro país. Una jornada organizada por el Grupo Nacional para el Estudio y Asesoramiento de las Úlceras Por Presión (GNEAUPP) en la que se ha exigido el establecimiento de medidas eficaces en la prevención como Derecho Universal y alcanzable en todos los escenarios de salud. Hasta 25 países y unos 100 centros de todo el mundo han albergado actividades de formación, difusión e información en relación a la prevención de este tipo de lesiones.

Javier Soldevilla, director del GNEAUPP, asegura que la jornada “ha servido para rubricar que una forma de cambiar las actitudes y sensibilizar a los profesionales y a la ciudadanía es alzar la voz. Queremos hacer ver que la prevención es una apuesta firme, un derecho universal ante un problema grave de salud que no debemos minusvalorar, que tiene repercusiones en la salud, la economía y la calidad de vida de las personas”

Si bien a menudo, incluso dentro del contexto sociosanitario, se considera que las úlceras por presión son una consecuencia inevitable, y aunque han sido consideradas durante mucho tiempo como procesos secundarios y poco relevantes, desde GNEAUPP insisten en su evitabilidad y señalan que, sin una dedicación especial, pueden llegar a producir la muerte. Además, denuncian que todavía muchas de estas lesiones no se registran, quedando ocultas e impidiendo intervenciones más decididas en materia preventiva.

“Por supuesto que las úlceras por presión son evitables”, asegura Soldevilla. “Podemos decir con rotundidad que estamos en condiciones de prevenir todos los casos. Ya se han hecho en España cuatro estudios nacionales de prevalencia y dos estudios económicos que nos dan una foto fija del problema, y son conocidas las repercusiones en materia de mortalidad. En nuestro país existen sentencias judiciales cada vez más firmes que ya “tiran de las orejas” a profesionales e instituciones por no hacer todo lo posible por evitar las úlceras, aunque aún no son tan contundentes como en el contexto anglosajón”.

La mayoría de quienes padecen úlceras por presión son personas mayores (el 85%), niños y pacientes que deben permanecer inmóviles durante un largo tiempo en silla de ruedas o en camas. En torno al 8% de todos los pacientes en hospitales  sufre este tipo de lesiones (hasta un 18% en las unidades de cuidados intensivos, según GNEAUPP) y por encima del 13% en el contexto sociosanitario. Solamente en el año 2003 hubo 612 personas mayores de 65 años que murieron a consecuencia de las úlceras por presión.

 

Ana Muñoz