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Martes, 12 Mayo 2015 15:40

La implicación de la enfermería en las políticas sanitarias demuestra un ahorro de costes y un aumento de la eficacia de los sistemas de salud en todo el mundo

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Hoy 12 de mayo, la comunidad sanitaria internacional celebra en todo el mundo el nacimiento de Florence Nightingale (1820-1910), enfermera británica considerada como la impulsora del concepto moderno de la profesión. Con este motivo, el Consejo Internacional de Enfermeras (CIE) –institución que aglutina a mas de 130 asociaciones de representación enfermera en el mundo, incluyendo al Consejo General de Enfermería de España– ha analizado toda la evidencia científica a nivel mundial que sustenta que las enfermeras tengan mayor participación en la formulación de políticas de salud y decisiones relacionadas con la financiación de la sanidad. En su informe, expone numerosos ejemplos de gestión enfermera con resultados muy satisfactorios, tanto en una mejora de la atención al paciente como en ahorro económico a los mermados y ajustados sistemas sanitarios, tanto por ahorro directo, como por el aumento de la eficacia y la reducción de factores indirectos como la morbilidad y mortalidad, el consumo racional de medicamentos, la reducción de la hiperfrecuentación a las consultas médicas, las infecciones nosocomiales o la duración de las estancias hospitalarias.

Según Judith Shamian, presidenta del CIE, “las enfermeras están preocupadas y comprenden el panorama de la prestación de atención de salud teniendo en cuenta la financiación, la relación coste-eficiencia y la gestión de los recursos, así como el coste de la asistencia sanitaria y el acceso a los cuidados. Las decisiones que cada enfermera toma varias veces al día en su práctica cotidiana pueden marcar una diferencia vital en la eficiencia y la eficacia de todo el sistema”.

Por su parte, Máximo González Jurado, presidente del Consejo General de Enfermería,asegura que “en los últimos años la enfermería ha experimentado una revolución sin precedentes, la profesión ha conseguido un importantísimo crecimiento académico, científico y profesional, una realidad que ha venido a unirse a su condición histórica de cercanía con el paciente y eslabón clave para garantizar la continuidad asistencial. Y a todas estas variables hay que sumarle la realidad sociosanitaria, que pasa por el aumento de la esperanza de vida, la conversión de enfermedades, hasta hace poco mortales, en crónicas y el envejecimiento progresivo de la población. Y ante esta situación no existe otra salida que las autoridades sanitarias aprovechen el magnífico potencial de la enfermería y llevan a cabo una revisión de sus nuevos roles, eso sí, siempre amparados por una regulación legislativa que dote de seguridad jurídica a nuestro trabajo”.

El presidente de los enfermeros españoles ha asegurado que “hace mucho tiempo que estamos capacitados para asumir responsabilidades, para liderar equipos e implicarnos en la gestión de los recursos desde una perspectiva más global, con eficacia, con responsabilidad y con los conocimientos adquiridos en países como España, donde el nivel académico de la profesión es de los más altos del mundo. No se puede desaprovechar toda esta fuerza productiva”. Sin embargo, González Jurado ha lamentado que, hasta el momento, lo que hemos visto es cómo los enfermeros se convertían en las principales víctimas de la crisis dentro del ámbito sanitario, con despidos y exilio forzoso para muchos. “Lo que nos muestran los trabajos recogidos por el CIE es que la enfermería debe ocupar un espacio nuevo, con profesionales especialistas, con nuevas competencias y atribuciones propias que los políticos no siempre, o mejor dicho, casi nunca, han sabido reconocer, no sólo en España, también en otros países del mundo”.

Informe del CIE

El Consejo Internacional de Enfermeras ha distribuido entre la prensa un informe que documenta muchos casos e iniciativas donde el aprovechamiento de este gran potencial de la enfermería ha conseguido importantes beneficios para la salud de la población, que ya han sido registrados con evidencia científica. Uno de ellos es Taiwán, con una iniciativa donde grupos de enfermeras han implementado cuidados a domicilio con base en un hospital (CDH) para pacientes con enfermedades mentales y los servicios prestados han mejorado los resultados de los pacientes en relación con los síntomas psicóticos, el funcionamiento social y la satisfacción con el servicio en comparación con los pacientes que reciben cuidados ambulatorios convencionales de seguimiento y han reducido el gasto a la mitad.

Otra experiencia, llevada a cabo en Reino Unido con 453 enfermeras especialistas de la Fundación Británica del Corazón, involucró en 2004 a un total de 111.645 pacientes que pasaron por consulta. También realizaron 171.449 llamadas telefónicas a pacientes e impartieron 9.658 sesiones de formación. El resultado fue la reducción de 8.438 hospitalizaciones gracias a las intervenciones dirigidas por enfermeras, con un ahorro medio de 2.500 euros por paciente.

También merece la pena destacar la reducción de la violencia doméstica en Estados Unidos en las familias que reciben visitas a domicilio por parte de enfermeras durante su embarazo y cuando ya han tenido a los niños. En este caso se registró un número considerablemente inferior de malos tratos a menores, con la madre como autora, en comparación con las familias que no recibían visitas a domicilio. Sin salir de EE.UU., en los últimos años numerosos distritos escolares han recortado los servicios prestados por enfermeras escolares cualificadas. Sin embargo, un análisis de la relación coste-beneficio de los programas de salud en escuelas mostró que durante un año escolar, con un coste de 70 millones de euros, los programas de salud en las escuelas evitaron aproximadamente 17,7 millones de euros en gastos de atención médica, 25 millones en pérdida de productividad de los padres y 114,6 millones de euros en pérdida de productividad de los profesores. Como resultado, el programa generó un beneficio neto de 87 millones de euros para la sociedad.

“Las enfermeras pueden realizar una gran labor reconociendo que, como profesión, llegamos a personas a las que nunca ven otros profesionales en comunidades tanto urbanas como rurales y remotas. En pocas palabras, no es posible lograr la salud global sin las enfermeras y sin nuestra contribución y participación proactiva en todos los niveles del sistema sanitario”, concluye David Benton, director general del CIE.

 

Redacción