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Viernes, 24 Marzo 2017 11:58

Voluntariado Internacional 2016: termina una experiencia pero comienza un camino

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El pasado mes de mayo, 34 personas comenzaron con ilusión un proceso que las llevaría a formar parte de un programa consolidado de voluntariado internacional (VOLIN), en su decimoséptima edición. “Para mí ha sido la oportunidad de compartir y hacer útiles fuera de mi zona de confort laboral todos los conocimientos de pediatría que me está dando hacer la residencia”, explica Paula García, una de las voluntarias que participaron en el programa VOLIN 2016 en Bolivia.

Las primeras voluntarias viajaron en julio a Ecuador y Guatemala. Durante los siguientes meses fueron rotando por estos países además de por Bolivia y Perú. Cada una con su visión, han tenido experiencias diferentes pero todas ellas coincidían en que “ha sido una experiencia única”, tal y como confiesa Natalia López, que estuvo en Ecuador. Con estancias de uno a dos meses han podido conocer de cerca la realidad sociosanitaria que actualmente viven las poblaciones donde han estado colaborando. Algunos momentos han sido duros, especialmente el frío, la altura o las historias que han conocido de primera mano y que chocan fuertemente con lo que conocemos. A otros, precisamente este choque cultural es lo que hoy aún les hace reír. “Ha supuesto un sueño cumplido”, recuerda Miriam de la Parte, voluntaria en Ecuador.

Por eso, tras volver a España se realiza un encuentro de evaluación donde las emociones vuelven a revivirse y se transmiten al compartir las experiencias de cada uno. “Es uno de los momentos más bonitos y emotivos del programa, donde además todos aprenden algo a través de los compañeros y sirve para que EPM intente mejorar año tras año”, explica Gema Monteagudo, coordinadora del programa de Voluntariado Internacional de EPM. En este encuentro, la organización realiza una valoración de la satisfacción de las voluntarias tras el programa. “Es una forma de conocer los puntos fuertes y débiles de los proyectos que desarrollamos en los países a los que mandamos voluntarias. A través de sus propias experiencias podemos crecer y conseguir que año a año el VOLIN sea cada vez mejor”, señala la coordinadora de VOLIN de EPM. En este encuentro, las enfermeras explican qué ha significado para ellas el programa de Voluntariado Internacional. “Para mí ha supuesto un modo de superación tanto de forma personal cómo profesional. Ha cambiado mi visión y mi manera de disfrutar la vida”, relata Miriam de la Parte. A Paula García esta experiencia le ha servido para “contrastar las diferentes formas de vida y ver que lo correcto no es lo que nosotros vemos a diario”.

Una evaluación que también sirve para que las propias “enfermeras participantes en el programa de voluntariado internacional recomienden a las futuras participantes cómo enfrentarse a esta reconfortan-te experiencia. Por ejemplo, Ane Ibañez, que participó en el programa de Ecuador, aconsejaba a las futuras voluntarias no acudir con “expectativas de la experiencia e intentar llevar la mente abierta para aprender todo lo posible, sin dejarse llevar por pre-juicios y formas de pensar occidentales”; o Ivan que les recomendaba “ilusión y ganas de estar con los que nos necesitan, ponernos a su disposición y trabajar por un mundo mejor”. Ahora comienza, o continúa en algunos casos, un nuevo camino después de to-do lo vivido y aprendido. Un camino en el que no están so-los porque cada día hay más personas dispuestas a colaborar por conseguir un mundo más justo y solidario. Desde Enfermeras Para el Mundo quieren “dar las gracias a todos por acompañar a tantas organizaciones que trabajan por esos mismos ideales”.

Redacción