Algunos de ellos ponen en riesgo sus vidas actuando en primera línea y deben estar preparados para evacuar a los heridos o asistir en el propio campo de batalla. En este número de ENFERMERÍA FACULTATIVA contamos cómo se entrenan estos profesionales para estas peligrosas misiones y recogemos los testimonios de enfermeros que prestan sus servicios en escenarios tan diversos como Afganistán, Kosovo, la Antártida a bordo del buque oceanográfico Hespérides, o bajo el mar en un submarino. La carrera militar exige, como la enfermería, una gran vocación de servir a los demás. Su aportación a la sociedad española es incontestable, poniendo en riesgo su propia integridad vidas para trabajar silenciosamente por la seguridad de los contingentes y por el propio desarrollo de los países donde están presentes.
No debemos olvidar su labor en la cooperación, que permite salir adelante a naciones sumidas en este tipo conflictos. En uno de los grandes pilares del desarrollo de nuestra profesión y en lo que respecta a la prescripción, la enfermería militar es de las especialidades en que más se echa en falta una regulación adecuada. Imaginemos una situación de emergencia en zona de conflicto. ¿Va a dejar el enfermero de administrar los fármacos que necesita un compañero herido cuando se encuentra de rodillas intentado salvar su vida? El Consejo General de Enfermería nunca dejará de rendir su homenaje y prestar todo su apoyo a estos hombres y mujeres, auténticos héroes anónimos. Hoy hemos querido ponerles cara y nombre a algunos de ellos en representación de todos sus compañeros. La enfermería les respeta y la sociedad les necesita.
Editorial Máximo González Jurado, presidente del Consejo General de Enfermeria