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El CGE reclama mayores competencias para las enfermeras en la atención a las víctimas de violencia de género

El Consejo General de Enfermería demanda que los enfermeros, por ser los profesionales más cercanos al paciente, tengan mayores competencias en lo que respecta a la prevención y atención a las víctimas de violencia de género. "Los enfermeros, si tienen los recursos y la formación adecuada, pueden contribuir de manera positiva y eficaz a los esfuerzos nacionales e internacionales para la eliminación de esta lacra social", asegura el presidente del CGE, Máximo González Jurado.

Esta misma semana la ministra de Sanidad, Servicios Sociales e igualdad, Ana Mato, ha propuesto a los grupos parlamentarios revisar la Ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género para adaptarla a la realidad actual. La ministra ha querido escuchar las propuestas de todos los portavoces y analizar cómo se puede mejorar la norma, teniendo en cuenta que su texto se aprobó hace diez años y que el maltrato sigue siendo uno de los grandes problemas de nuestra sociedad. En lo que va de año, 41 mujeres han perdido la vida a manos de sus parejas o exparejas.

Las enfermeras, implicadas

Los Servicios de Salud juegan un papel importante en el afrontamiento de la violencia de género, como lo proponen numerosas instituciones y organizaciones internacionales (ONU, OMS, Comisión Europea, etc.). Y dentro de estos especialmente las enfermeras constituyen un grupo fundamental, no sólo en la atención, sino en la prevención, detección precoz e identificación de la violencia de género. Así, González Jurado explica que “las enfermeras deben integrarse en equipos multidisciplinares que desarrollen programas de tratamiento psicosocial para varones que podrían ejercer o ejercen violencia partiendo de la idea que deben existir diferentes y escalonados abordajes dirigidos a subgrupos específicos (edad, situación social, etc.). Es por ello que instamos a que se elaboren y apliquen los procedimientos, medidas y legislación pertinentes, además de desarrollar protocolos profesionales adecuados para la detección precoz de los malos tratos. Las enfermeras son miembros clave de los equipos multidisciplinares que prestan cuidado a las víctimas de la violencia de género porque son las que atienden a quienes la sufren”.

Según el presidente del CGE, "el primer deber del enfermero es atender las lesiones físicas y psíquicas sufridas por la víctima. Después, deberá posibilitar la recogida de indicios y pruebas que más tarde sirvan pericialmente para probar los hechos, contribuyendo al acopio de datos fiables sobre la violencia de género". Finalmente, la enfermería deberá promover y participar en la investigación, recogiendo datos y compilando estadísticas, fomentando los estudios sobre las causas y publicando las conclusiones científicas.

La importancia de una formación específica

Para que todo lo dicho anteriormente sea posible, explica González Jurado, “el personal de enfermería debe formarse para intervenir eficazmente en este tipo de situaciones. Es necesario incorporar la conciencia de realizar este tipo de formación en los programas educativos de los niveles de pregrado e impartiendo formación continua para conseguir una base sólida de conocimientos, el desarrollo de las capacidades y un marco ético para la práctica profesional”.

 

Ana Muñoz