Miércoles, 08 Mayo 2024 11:36

Un correcto abordaje enfermero del acné podría ayudar a prevenir enfermedades futuras como la depresión Destacado

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Cuando hablamos de acné solemos asociarlo a la adolescencia. Lo relacionamos con una patología de elevada incidencia y propia de edades tempranas, donde las hormonas se alteran y producen este proceso fisiológico que impacta tanto en la imagen y el físico de quienes lo padecen. Sin embargo, el acné es una enfermedad que se puede manifestar a cualquier edad, y como tal debemos tratarla. El acné se enmarca dentro de las enfermedades inflamatorias cutáneas con más prevalencia entre la población. Tal y como se desgrana en un estudio publicado por la Academia Europea de Dermatología y Venereología (EADV, por sus siglas en inglés) el pasado mes de octubre, casi el 70% de los adolescentes lo padecen, y el 30% de las mujeres y el 7% de los hombres con más de 25 años lo sufren. A pesar de su alta prevalencia en la pubertad y adolescencia, esta patología puede afectar en distintas edades, incluso también en el periodo prenatal.

El acné no solo afecta en lo físico, dejando marcas en la piel que pueden durar toda la vida si no se realiza un correcto tratamiento. Además, lleva consigo un importante estigma asociado, afectando a la salud emocional y psicológica de los pacientes, pues tiene un profundo impacto en cómo se percibe a los individuos que lo padecen en entornos sociales. La afectación emocional de quienes tienen acné o de aquellos que lo han superado es tan fuerte que en ocasiones puede derivar en importantes problemas relacionados con la salud mental, como es la depresión.

Así lo han manifestado las expertas que han participado en el último webinar “Acné: diagnóstico, tratamiento y cuidados en las distintas edades” celebrado por el Instituto Superior de Formación Sanitaria (ISFOS) del Consejo General de Enfermería (CGE), con la colaboración de CeraVe.

Durante hora y media de formación, expertas en la materia han hablado de los cuidados de la barrera cutánea y, en concreto, de los diversos tipos de acné que podemos encontrar en distintas edades y etapas de la vida, donde “las mujeres adultas pueden llegar hasta un 50% de prevalencia, y no es hasta después de la menopausia donde estos datos disminuyen de forma más significativa”, explica Teresa Truchuelo, dermatóloga del Hospital San Rafael, en Madrid. “Esta formación sirve para incidir en la importancia de la enfermería como promotoras de la salud, porque las enfermeras, como profesionales más cercanos a los pacientes, tenemos la obligación de informar y formar a las personas en todas las cuestiones vinculadas a su salud, prestando especial atención a la adecuación de esos cuidados en todas las etapas de la vida y en todas las edades de la misma”, afirma Pilar Fernández, directora de ISFOS.

Acné en todas las edades

El acné es una enfermedad de la glándula pilosebácea. Que se compone de los siguientes pilares, como son un exceso de producción de grasa, una obstrucción folicular y una presencia bacteriana que juega un papel fundamental en esta patología inflamatoria.

Estos elementos no son exclusivos de la adolescencia, como culturalmente se ha creído. El acné puede afectar a ambos sexos en diferentes edades de la vida. “El adolescente puede llegar a unas frecuencias de un 70% o incluso más porcentaje de afectación. Es cierto que, aunque va disminuyendo con la edad, el acné en la mujer adulta presenta unos porcentajes también muy altos. En la pubertad puede presentarse de forma más severa, intensa y con lesiones más cicatriciales, sin embargo, en el caso de la mujer y el hombre adulto también afecta con lesiones molestas y dolorosas o persistentes e inflamatorias, en el caso de las mujeres, donde puede empeorar a lo largo del ciclo menstrual o impactando incluso en sus relaciones sociales”, sigue Truchuelo.

Abordaje y tratamientos

Es importante recalcar que el acné no se produce por una falta de higiene en las diferentes zonas corporales donde puede manifestarse. “Es crucial explicar que hay que tener una correcta higiene dos veces al día, por la mañana y por la noche, sin realizar una fricción excesiva para no conseguir un efecto contrario al deseado. Para tratar el problema del acné al paciente hay que educarle y concienciarle sobre los correctos cuidados que debe seguir con el objetivo de empoderarle y así obtener los resultados esperados”, cuenta Carolina Lázaro, enfermera de Dermatología del Hospital Universitario Rey Juan Carlos de Móstoles, en Madrid.

Además, en el abordaje del acné hay que tener en cuenta que influyen otros factores más allá de la higiene. “Hay que estudiar cada caso en particular. Hay pautas que valen para todo el mundo, como es la correcta higiene, el uso de protección solar o una correcta dieta y alimentación. Pero, por ejemplo, en el caso de los hombres, los cuidados son más específicos. A la hora del afeitado siempre les recomendamos que lo hagan si es absolutamente necesario, ya que traumatiza mucho la piel acneica. En ese caso deben ablandar la barba con agua tibia y deben intentar hacerlo con maquinilla para evitar cortes”, puntualiza Lázaro.

Otro de los aspectos esenciales en el tratamiento del acné es que la limpieza se adecúe a cada tipo de piel para optimizar los resultados. “Lo primero es saber que no todos los granos son acné, es decir, hay otro tipo de lesiones que se pueden confundir. A su vez, cuando estamos ante un acné, este puede ser de distintos tipos. Incluso podemos presenciar un acné de tipo neonatal, que se caracteriza por su desaparición de forma espontánea en la preadolescencia. También está el acné caracterizado por una explosión hormonal o el que depende de la carga genética de cada paciente, donde su expresividad es totalmente variable. Tanto en adolescentes, como en hombres o mujeres el acné puede llegar a estar relacionado con otras patologías relacionadas con la piel. Hay ciertos casos donde sería necesaria la realización de algún estudio para descartar que debajo no haya alguna patología endocrinológica subyacente”, explica la dermatóloga Truchuelo.

Los distintos tratamientos dependerán de cada caso en particular, y pueden ir desde “una buena rutina dermocosmética hasta tratamientos médicos, incluyendo tópicos y sistémicos (aquellos que recomendamos por vía oral)”, continúa Truchuelo. En lo relacionado con esta rutina, CeraVe ofrece las claves para un correcto cuidado de la piel acneica. “Dependiendo de los grados de acné hay un tipo de tratamiento. En los casos más leves, donde hay menos lesiones, la clave es tener una buena higiene por el día y la noche, seleccionando un producto suave a nivel de limpieza pero que incorpore elementos que nos ayuden a reducir las imperfecciones, y también es importante aplicar hidratantes que sean no comedogénico y que los apliquemos por la noche, en caso de que lleven ácidos, y por último por la mañana debemos aplicar protección solar para completar la rutina”, comenta Mercedes Abarquero, scientific medical manager de L ’Oreal Dermatological Beauty en España.

Impacto en la salud mental

Las afecciones de la piel generan un gran estigma y van asociadas a complejos en los pacientes que las padecen. En concreto, las lesiones que deja sobre el rostro el acné, tanto en su fase aguda como tras la superación de la enfermedad, pueden perjudicar la autoestima y la confianza a tal punto que pueden derivar en enfermedades como la depresión o la ansiedad y en los casos más severos, puede llegar al suicidio.

Para tratar los complejos y manejar el estigma asociado a esta afección, las enfermeras desempeñan un rol imprescindible, no solo por su formación, sino por su cercanía con el paciente. “Es importante no pasar por alto este tema y tener empatía, pues es una patología que condiciona mucho la vida de los pacientes. En el caso de los adolescentes ya es complicado por la etapa de la vida en la que se encuentran, pero, además, muchos se acaban aislando porque reciben burlas y no quieren salir de casa. En el caso de las mujeres adultas también es un problema que les afecta en sus relaciones sociales porque les condiciona de cara a sus iguales, especialmente en las situaciones laborales, tanto que muchos pacientes adultos acaban teniendo depresión. Nosotras como educadoras debemos gestionar esto bien y darle la importancia que merece a cada paciente. Debemos ofrecerles las herramientas necesarias al paciente para que aprendan a gestionar emocionalmente esta situación, apoyarles y realizar una buena terapia con ellos porque el acné puede volver a aparecer y sin un correcto abordaje ese paciente puede volver a encerrarse en sí mismo”, concluye la enfermera de Dermatología.

Contenido revisado en Marzo de 2024.
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