Una situación que refleja una realidad que trasciende el ámbito sanitario, ya que muchas de estas condiciones pueden generar discapacidad, dificultades en el entorno educativo y barreras sociales para los afectados y sus familias.
Conscientes de este contexto actual, desde el organismo que representa a las más de 353.000 enfermeras y enfermeros de España se considera prioritario abordar la atención de estos menores desde un enfoque coordinado e integral en todos los ámbitos. “Todos somos conscientes de que los niños y niñas pasan muchísimas horas en los colegios, institutos y escuelas infantiles. Si a eso sumamos la necesidad de que estén seguros durante este tiempo, no nos queda otra que enfocarnos en la figura de la enfermera escolar, una profesional que se encarga de salvaguardar el día a día de estos pequeños, aun más cuando se trata de menores con patologías como el asma, la diabetes, alergias, epilepsia… Dudo que haya una sola madre o un solo padre que estén en contra de que sus hijos tengan los mejores cuidados mientras que están en horario escolar”, afirma Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería.
La institución, que lleva reclamando esta figura desde hace años, critica a través de su Observatorio Nacional de Enfermería Escolar la situación que se vive en la actualidad, ya que tan solo hay 1.270 enfermeras escolares propias en colegios en todo el Estado. Una cifra muy baja, que supone que existe una enfermera para cada 6.300 alumnos en España. A pesar de que en algunas comunidades existen programas de salud escolar que se coordinan desde Atención Primaria, esto no es suficiente. “La media de la Unión Europea es una enfermera escolar por cada 750 alumnos. Una vez más vemos como en España nos situamos a la cola de nuestros vecinos en este ámbito también. Si, además, miramos las cifras de menores con enfermedades crónicas, no cabe otra opción que postar por la enfermería escolar si queremos que nuestros niños y niñas nazcan sanos y con el conocimiento adecuado sobre su salud”, puntualiza Pérez Raya.
Atención directa
En esta misma línea se expresa Natividad López, presidenta de la Asociación Nacional e Internacional de Enfermería Escolar (AMECE), que explica que la enfermera es clave para dar “una atención directa y seguimiento sanitario, ya que puede gestionar cuidados regulares y programados y emergencias específicas, facilitando la escolarización de estos niños”. “También son un punto a favor en la reducción del absentismo, porque atienden episodios agudos, mantienen el seguimiento y gestionan su salud también en el centro educativo. En definitiva, actúa como puente entre la salud y la educación y su presencia garantiza seguridad, inclusión y continuidad en el aprendizaje”, subraya López.
Engracia Soler, presidenta de la Asociación Científica Española de Enfermería y Salud Escolar (ACEESE), apunta también que “la enfermera garantiza el derecho a la educación que tienen todos los niños”. “Es importante que se desarrolle plenamente la implicación de programas y políticas inclusivas y la eliminación de barreras físicas y sociales que perpetúan la exclusión y la no igualdad de los niños al derecho de la educación. La enfermera escolar garantiza que las sociedades escolares sean equitativas y respetuosas con la diversidad”, resalta Soler.
Regulación
Por estos motivos, desde el CGE y las dos asociaciones se pide encarecidamente a los responsables políticos que se regule esta figura, que exista como mínimo una enfermera escolar por centro a tiempo completo y que se determinen sus competencias, creando un diploma de acreditación específico, que garantice la formación adecuada y defina claramente su perfil profesional.
“El papel de la enfermera escolar va mucho más allá de atender emergencias o administrar medicación. Su papel se ha ampliado y aporta un valor estratégico en múltiples áreas de la vida escolar y comunitaria. Llevamos a cabo promoción de la salud y prevención, salud mental y emocional, gestión de emergencias colectivas, apoyo a la comunidad educativa, salud digital e inclusión y equidad social”, repasa Natividad López.
Por esto mismo, Engracia Soler reclama que las administraciones conozcan el clamor popular: “La comunidad educativa, la ciudadanía, los padres y las madres tienen una concienciación muy grande de la necesidad de contar con enfermeras escolares, pero a nivel político no se avanza y no hay ningún interés en implantarla. Nos encontramos en un momento en el que no es equitativa ni igualitaria la atención en las diferentes comunidades porque existen diferencias abismales”, concluye.