Encuesta
La pandemia ha incrementado el número de consultas de salud mental, tanto de población adulta como infantojuvenil. Sin embargo, en el caso de estos últimos el incremento ha sido especialmente preocupante. Por ello, esta enfermera, ha querido constatar si esta percepción solo existía en un grupo concreto o si todo el personal sanitario cuenta con la misma experiencia. "El proyecto surge de la necesidad de dar una atención de calidad a nuestros pacientes. Me planteé hacer una encuesta a todo el personal de urgencias pediátricas para constatar si todos teníamos la misma percepción para poder trabajar hacia un objetivo común. Elaboré una encuesta de 10 preguntas donde preguntaba si ellos consideraban que una buena formación les ayudaría a dar una mejor atención de calidad, si contar con profesionales especializados les ayudaría, si tenían la sensación de que desde la pandemia ha habido un aumento de consultas en este área, entre otras. La respuesta fue a todo que sí. Realmente hay un problema y tenemos que intentar ayudar a los profesionales para que estos a su vez puedan ayudar a las familias y a los niños con esta problemática", explica la enfermera.
Factores y atención enfermera
Confinamiento, uso de consolas, consumo de televisión y redes sociales... los resultados del proyecto de esta enfermera concluyen que estos factores afectan de forma decisiva en que los menores no terminen de relacionarse bien ni con sus familias, ni entre ellos. Además, "la pandemia también ha hecho mella, el estar aislados, no poder relacionarse entre ellos, jugar con otros, no salir... eso ha influido de forma decisiva", continúa esta enfermera de urgencias pediátricas.
Para estos menores, la atención enfermera es fundamental. La comunicación y la información de su enfermera de referencia supone una gran ayuda. "Estamos muy acostumbrados a que vengan niños con TDH o trastorno del espectro autista, por lo que siempre es necesario desarrollar la paciencia para tratar con las familias, porque con ellos la realización de ciertas técnicas, son más complicadas. Cuando tienen crisis de agresividad, para nosotros la contención verbal es fundamental. En el triaje inicial si el niño cuenta con una patología de salud mental, el nivel de triaje sube un punto, por lo tanto, se les atiende antes", explica Torrado.
Para que las enfermeras puedan ofrecer esta atención requieren de formación y especialización. "En cualquier tipo de especialidad se necesita que las enfermeras investiguemos mucho porque somos quienes estamos con el paciente, somos las que sabemos las consecuencias que puede tener cada paciente y es importante la investigación, el dinamismo y la inquietud de querer saber que tenemos implícito todas las enfermeras", afirma.
Formación
"Tras la realización del proyecto, hemos empezado a hablar con las jefaturas y los departamentos de supervisión y ya estamos consiguiendo que el personal de psiquiatría nos hagan sesiones de formación tanto en técnicas de contención mecánica, por si hubiera que hacerlas en algún momento, como verbal. Que nos formen sobre cómo debemos abordar la comunicación con las familias para que colaboren y nos entiendan. O incluso también el manejo y uso de pictogramas para los niños que son autistas y que no comprenden la comunicación verbal, sino que se guían por lo visual. Y, por último, también es importante empezar a desarrollar un protocolo de administración de fármacos para que todo esté estandarizado y todos estemos formados en ello", concluye la enfermera respecto a la necesidad de formación para ofrecer una atención adecuada a estos pacientes.