El objetivo del proyecto es mejorar la experiencia del paciente al tener que recibir una inyección intramuscular, un procedimiento que no está exento de riesgos, como pinchazos accidentales, lesiones y aumento del dolor en el paciente. Además, existe la posibilidad de que el fluido administrado se fugue a tejidos circundantes, lo que disminuye la eficacia del tratamiento, algo especialmente relevante cuando se administran pequeñas dosis.
El proyecto, el único de los elegidos liderado por una enfermera como investigadora principal, tiene como objetivo conseguir un dispositivo reutilizable que automatiza y ofrece mayor seguridad y rapidez en el proceso de inyección, permitiendo una mayor personalización de los tratamientos, independientemente de la edad, patología o condición clínica del paciente. El DAIF puede manejarse con una sola mano, lo que mejora la comodidad, precisión y control en diversos contextos clínicos.
Este premio no solo reconoce nuestro esfuerzo y dedicación a lo largo de estos años, sino que también refuerza la misión de seguir mejorando la calidad de vida de las personas. "Nuestra pasión por llevar la innovación en salud a la práctica clínica nos impulsa a seguir desarrollando e implementando soluciones tecnológicas avanzadas", afirman desde la institución que ha entregado los premios.