La entrega de galardones también dejó otros premiados. Lorena Camarasa ganó el segundo premio por "Derecho a la alimentación", por el cual recibió una dotación de 200 euros. Una imagen que refleja una gran historia de superación. "El bebé de la fotografía es un niño prematuro nacido en una pequeña isla de Tanzania, donde las mamás y sus hijos reciben el alta hospitalaria seis horas tras el parto. Según nos explicaba la mamá, el niño tiene casi un mes de vida y no se alimenta bien por el pecho, está muy dormido y no quiere tomar.
En nuestro medio no tendría, seguramente, ningún problema de alimentación, pero sin embargo, vive en un lugar donde no se asegura un adecuado aporte de lactancia materna antes del alta y donde no existe una alternativa con algún sucedáneo de leche. Este bebé perdió casi 1 kg. de peso y necesitó apoyo del personal que le alimentaba con leche materna extraída a mano y administrada mediante jeringa hasta recuperar peso, glucemia y vitalidad para poder tomar el alimento directamente del pecho", explicaba la premiada.
"Un día en el centro de salud" y "El juego es salud" han sido los trabajos que han ocupado el tercer puesto. Raisa Navarro y Montserrat Reyes han sido las ganadoras en el tercer puesto. "En la consulta de Atención Primaria confluyen varios de los derechos de la infancia. El más importante el derecho a la salud y no menos atrás queda el derecho a la protección. Aparte de todos los conocimientos se requiere una conexión con el menor que se consigue con nuestra actitud profesional, siendo empáticos y ganando su confianza. Se consigue, por ejemplo, mediante el juego, como se ve en la foto "Un día en el centro de salud" empleando juguetes, explicándole en un lenguaje cercano o incluso haciéndole protagonista de su cuidado dejándole un fonendo, como se aprecia en la foto", explica Raisa Navarro. Por su parte, Montserrat Reyes, explica que la fotografía premiada, "El juego es salud", "está tomada en un Centro de Salud, la enfermera pediátrica coordina una actividad grupal de juegos con bebés sanos y sus padres. A través de las actividades lúdicas, el cerebro del infante crea las conexiones necesarias para un adecuado desarrollo cognitivo, social, físico y emocional. El juego, por lo tanto, no es sólo una actividad placentera, sino que influye de manera definitiva en el sano crecimiento del niño. La Convención de los Derechos del Niño de 1989, reconoce en su artículo 31 el derecho de éste al descanso y al esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad. La enfermera pediátrica ofrece este entorno lúdico grupal con familias, donde los padres se sienten seguros", concluye la última premiada.