Esta sociedad reconoce que "los antibióticos ya no son lo que eran", y "lo que podía parecer el arma definitiva contra las infecciones bacterianas comienza a dar pruebas de una preocupante y creciente ineficacia".
Actualmente hay bacterias como la 'Escherichia coli', que llega a sobrevivir a su fármaco de referencia hasta en el 57 por ciento de los casos. Otras bacterias comunes también tienen tasas de resistencia a los antibióticos consideradas "muy altas", como la 'Enterococcus faecalis' (26,5%), 'Klebsiella pneumoniae' (25,7%), 'Pseudomonas aeruginosa' (21%), 'Staphylococcus aureus' (17,8%), 'Streptococcus pneumoniae' (8,7%).
Esta inmunidad se ha producido porque se ha abusado de ellos o porque su administración ha sido incorrecta (en tiempo y/o dosis), al tiempo que los microbios han reforzado su capacidad de supervivencia gracias a mutaciones genéticas que les han hecho mucho más resistentes.
Pese a todo, el secretario de SEMICYUC, Federico Gordo, reconoce que "los pacientes tienen unas tasas de curación elevadas porque disponemos de diferentes protocolos de tratamiento y, además, se realizan medidas de prevención encaminadas a evitar la transmisión de estas bacterias entre pacientes y el personal sanitario, que a su vez pueda actuar de vehículo para este tipo de bacterias.
Además, el reto inmediato pasa también por concienciar a farmacéuticas e investigadores para desarrollar nuevos antibióticos antes de que los médicos se encuentren sin antimicrobianos efectivos.
De hecho, denuncian que durante las últimas décadas, la puesta a disposición de nuevos antibióticos ha descendido drásticamente y sólo se han contabilizado dos nuevos tipos de antimicrobianos desde los años 80 hasta la actualidad, según el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC), cuando entre 1930 y 1970 se contabilizaron 11 nuevos tipos.
Por su parte, la Agencia del Medicamento de Estados Unidos (FDA, en sus siglas en inglés) aprobó 16 antibióticos de 1983 a 1987, y solo dos desde el año 2008.