Los nacimientos prematuros y el asma infantil disminuyen gracias a las leyes antitabaco

Es la conclusión del primer estudio exhaustivo que se realiza sobre las consecuencias del cambio normativo en la salud de los más pequeños

Un equipo de investigadores de la Universidad de Edimburgo (Reino Unido) ha llevado a cabo un estudio para determinar cuáles han sido las consecuencias sobre la salud infantil de la implantación de leyes antitabaco en regiones de Europa y América. Los resultados revelan que, en aquellos países donde se ha implantado la prohibición de fumar en lugares públicos, el número de ingresos hospitalarios por ataques de asma infantil ha decrecido un diez por ciento y los nacimientos prematuros han caído en una cifra similar.

Aunque el impacto de las leyes antitabaco varía según el país en cuestión, se puede decir que, en términos globales, sus efectos han sido muy positivos para la salud de los niños. Y todo se basa en un hecho obvio: cuando se prohíbe fumar en restaurantes, centros de trabajo y otros lugares públicos, se está protegiendo a los pequeños de la amenaza de convertirse en fumadores pasivos.

“Los niños no pueden elegir ser o no fumadores pasivos, pero los padres y la sociedad sí pueden evitar que lo sean”, explica Margarita López Seyller, enfermera de la Unidad de Neumología Infantil del Hospital Clínico San Carlos de Madrid. Allí también han notado que la situación ha mejorado un poco en los últimos años: “Es cierto que se nota una leve mejoría, que el riesgo de contraer enfermedades respiratorias ha disminuido algo. Creo que es producto de la aplicación de las leyes antitabaco en combinación con la concienciación y el trabajo educativo que hacemos en los centros sanitarios. Nosotros en el hospital organizamos talleres para la prevención de enfermedades respiratorias, tanto en el periodo prenatal como en el postnatal, ya que cuando el niño está en el vientre de la madre también está recibiendo los efectos nocivos del tabaco si la madre está expuesta a ellos”, explica.

En esos talleres, el mensaje que se transmite a los padres es muy claro: “Prohibido fumar en el hogar. Nosotros establecemos una serie de normas que los padres deben seguir, y que se resumen, en esencia, en no fumar en ningún lugar de la casa. Ni siquiera en la cocina o en la terraza, porque los componentes del tabaco permanecen. Les hacemos saber que respirar el humo del tabaco aumenta el riesgo de contraer infecciones -que pueden aparecer con más facilidad en niños con problemas de bajo peso-, enfermedades cardíacas o enfermedades de pulmón”, explica la enfermera, que recuerda además que “en las infecciones respiratorias y en las enfermedades crónicas como el asma, el tabaco es un factor de riesgo que hay que minimizar en la medida de lo posible”.

Si bien ya se habían publicado con anterioridad otros trabajos que demuestran el efecto de la prohibición en la salud de los adultos, este estudio impulsado desde la Universidad de Edimburgo y publicado en la prestigiosa revista The Lancet es el primero que investiga el asunto de manera tan exhaustiva, centrada en los niños y en un área territorial tan amplia. Para llevarlo a cabo, los expertos se han basado en una muestra de dos millones y medio de nacimientos y casi 250.000 atenciones hospitalarias por ataques de asma en niños. Sus autores entienden que con este trabajo han demostrado que las leyes antitabaco son una manera efectiva de proteger la salud de los niños, y que aquellos países que están todavía por reforzar su legislación deberían reconsiderar su postura a la luz de los nuevos hallazgos

A día de hoy, menos de la sexta parte de la población mundial vive bajo la protección de las leyes antitabaco. Como resultado, el 40 por ciento de los niños del mundo están habitualmente expuestos al tabaquismo pasivo. Durante los últimos años, en España y en América se han introducido medidas orientadas a controlar esta exposición en recintos públicos cerrados. En el caso de España, la ley antitabaco entró en vigor en el año 2006, ampliándose posteriormente en 2011. El tabaquismo y sus consecuencias siguen siendo una de las cuestiones de salud pública que más preocupan a día de hoy, tanto por sus efectos nocivos sobre la salud de las personas como por su impacto en la economía de los sistemas sanitarios.

 

Ana Muñoz

Contenido revisado en Marzo de 2024.
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