Sin embargo, tras realizar un seguimiento a más de 3.000 participantes de edad avanzada durante más de 6 años el estudio muestra el "fuerte" papel que puede jugar el uso de Internet y las nuevas tecnologías, sobre todo a la hora de permitir a las personas mayores "la posibilidad de comunicarse y estar en contacto a través de las redes sociales y no sentirse solos", ha explicado Sheila Cotton, autora del estudio.
Cotton y su equipo analizaron los datos recogidos por el Health and Retirement Survey, una encuesta que se realiza cada dos años y que tuvo en cuenta los niveles de depresión de los sujetos antes de comenzar el uso de Internet, algo clave ya que los investigadores querían saber si los cuadros depresivos previos podían condicionar la aparición de nuevos casos en el futuro.
De este modo, vieron que si había personas que ya sufrían depresión antes de comenzar a usar Internet reducían la intensidad del trastorno, e incluso había quienes lograban controlarla. "Este estudio muestra como el uso de Internet tiene unas contribuciones significativas a la depresión en la población cuando se jubila", dijo Cotton.
Pese a estos beneficios, los expertos recomiendan que, al igual que la mayoría de cosas en la vida, el uso de Internet debe interpretarse con moderación. "Si uno se sienta delante del ordenador todo el día y deja de lado otros aspectos de la vida, acabará teniendo un impacto negativo", ha apuntado.
Europa Press