Los 58 alumnos que forman parte del curso de Experto en Urgencias y Emergencias han puesto en práctica los conocimientos adquiridos durante el año, principalmente en la materia de clasificación de víctimas, manejo del politraumatizado y soporte vital avanzado. Así, han atendido a inconscientes con respiración y pulso, crisis de ansiedad, insuficiencia respiratoria leve, mareos y vértigos y traumas múltiples, torácicos, abdominales y miembros inferiores y superiores, entre otros. Todo ello, mediante la clasificación de víctimas según su pronóstico vital (triaje) y su traslado a puestos sanitarios improvisados e incluso ambulancias con destino hospitalario.
Este ejercicio ha perseguido que los alumnos demuestren la capacidad resolutiva ante un hecho inesperado, desarrollar en tiempo real las maniobras de soporte vital avanzado, así como aplicar correctamente las medidas de movilización e inmovilización de víctimas.
Para el presidente del Colegio Oficial de Enfermería, José Mª Rueda, "es un orgullo poder continuar formando a la enfermería sevillana. Nuestros profesionales sanitarios están muy bien valorados a nivel europeo y, desde la entidad colegial, siempre potenciamos la formación en pro de una adecuada praxis profesional".
¿Por qué un barco?
Este tipo de ejercicios se empiezan a preparar tres meses antes y constan de una fase de diseño, planificación, permisos, ejecución y evaluación. Alfonso Yáñez, instructor del Experto en Urgencias y Emergencias y organizador de este simulacro, explica que "es la primera vez que se hace este tipo de ejercicio con el agua de por medio. Teniendo presente que recientemente han ocurridos hundimiento de barcos de pasajeros me parecía una iniciativa interesante e innovadora. Aunque en Sevilla y provincia no se dan accidentes de esta magnitud de hundimiento, sí ocurren aisladamente accidentes con embarcaciones pequeñas, como botes, lanchas, piraguas... pero, sobre todo, de estas características lo que más se da son los accidentes por sumersión o ahogamientos de personas en piscinas sobre todo privadas. No es un números excesivo, pero es fácil llegar a 10 ahogamientos en un verano".
La desembocadura del rio Pudio, al tratarse de un lugar caracterizado por las mareas y la maleza de la orilla, ha supuesto la integración de un ejercicio en el que los alumnos han tenido que enfrentarse a distintas situaciones, como ahogamientos, traumatizados, embarazadas y ansiedades, entre otros. Esto lo ha convertido en un escenario polivalente. Además, con esta práctica también se persigue una adecuada coordinación entre los distintos equipos de trabajo, como policía, bomberos o protección civil, puesto que así se actúa en la vida real. "En una catástrofes todos deben estar integrados por el bien común de salvar el mayor número de víctimas", comenta Yáñez.
Finalmente, admite Alfonso Yáñez, como docente del Experto y organizador, "no puedo pasar por alto agradecer a todos los que han hecho posible este simulacro, a través de tareas de maquillaje, actuando como observadores, manteniendo la seguridad del escenario, control interno, realización de fotografía, videos y montajes. Gracias a Inma Jiménez y Carmen Jiménez, de Trauma; a Salvador Osuna, de FREMAP; a Ramón, de Bomberos Sevilla; a Jesús Bueno, de Enfermería Militar; a César, de los DCCU; a Fran, de SAMU; a Fernando, de ambulancias Tenorio y a Nadia del Colegio de Enfermería".
Nadia Osman García