“Habitualmente lo que hacemos es vigilancia de la salud de ellos haciendo un seguimiento de su historia y les ayudamos en la rehabilitación”, explica Marta Arregui, enfermera de APANEFA. Esta enfermera es nexo de unión entre terapeutas, psicólogos, neurólogos, fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales. “La enfermería está muy profesionalizada y tiene un trato mucho más continuado con los pacientes. Nuestro objetivo principal es el cuidado del enfermo, y esto se hace las 24 horas del día”, argumenta Arregui.
Facilitar y administrar lo que necesiten en cada momento los pacientes es una de sus tareas diarias. Marta Arregui reconoce que es impresionante cómo de amplio es el terreno de las lesiones cerebrales, “hay personas que evidentemente tienen unas secuelas físicas tan grandes que se les ve venir, pero no existen dos personas con una característica exactamente igual. No es como otro tipo de patologías, en este caso depende de la afectación del tiempo que lleven y de otras muchas situaciones, como la de cómo aceptan ellos su patología y su enfermedad”.
En el caso de los pacientes que son independientes no es necesario prepararles la medicación, ya que son ellos mismos son los que informan si han ido al médico, pero hay otros que no lo son, y simplemente hay que preparar y supervisar que siguen el tratamiento.
Pero más allá de todo esto, la tarea de esta enfermera es hacer ejercicio con ellos y darles recomendaciones nutricionales. “Dentro del ejercicio físico no invado ningún campo de fisioterapeuta ni de deporte, realmente intento inculcarles la vida salubre y el estar sano, ya que a ellos por su daño cerebral hay que ayudarles a concienciarse más de esto y proporcionarles herramientas que muchas veces les faltan como el caminar”, comenta Arregui. Y es que estos pacientes, cuando llegan a casa se sientan, se acomodan y no lo hacen, y allí en el centro se ven obligados a tener que andar una hora a buen ritmo. “Salir a andar les encanta. Cuando salimos a la calle es una sensación de libertad para ellos, incluso para los que son independientes y pueden salir fuera, es un momento de relax. Además, vamos charlando y nos contamos el día a día, nuestra situación personas y es un desfogue”, argumenta.
Alimentación
Inculcarles para que sigan una buena alimentación es otra de las misiones de esta enfermera, ya que muchos de estos pacientes sufren desajuste alimentario. “Alguna vez nos hemos tenido que poner en contacto con las familias por este tipo de problemas; incluso han tenido que ser tratados a nivel psiquiátrico, psicológico y físico evidentemente. Nos encargamos de coordinar la alimentación con las familias para que ellos se den cuenta, porque no se comportan igual en casa que fuera, y entre unos y otros hacemos la composición de cómo están exactamente y nos ponemos con todos los mecanismos en marcha”, subraya.
Sus recomendaciones habitualmente son bien recibidas, aunque explica que hay veces que uno se tiene que poner un poco más serio porque a lo mejor ese hábito insalubre que realicen en ese momento puede acarrear un daño bastante importante. Y es que ellos no siempre son conscientes de sus limitaciones, “ese es el problema principal del daño cerebral, que muchas veces no son conscientes porque si lo fuesen tendríamos rutinas mucho más sencillas de funcionar. El trato es muy individualizado”, finaliza.
A.Almendros / A.Gutiérrez