Sólo Portugal registra cifras más bajas que nuestro país. En el extremo opuesto y liderando el ránking está Noruega, con unos datos de penetración que superan el 45%, seguido de Eslovenia, Países Bajos o Suecia, con tasas que rondan entre el 25 y el 30 por ciento de la adopción de esta terapia.
El tratamiento con bomba de insulina ha demostrado su efectividad en la mejora del control de la glucosa, la reducción de las hipoglucemias y el aumento de la calidad de vida de las personas con diabetes. En pacientes en edad pediátrica mejora el control de la diabetes tipo 1 y reduce hasta 4 veces el riesgo de sufrir hipoglucemias. Además, supone una reducción significativa del número de pinchazos, de una media de cinco diarios a uno cada tres días.
En España hay más de 5 millones de personas que padecen diabetes, a las que cada año se suman más de mil nuevos casos. A juicio de FEDE, la baja penetración de la terapia en nuestro país demuestra que hace falta más compromiso por parte de las administraciones públicas para poner al alcance de los pacientes las herramientas que mejor y más eficazmente garanticen el control de la diabetes.
Redacción