En un primer momento su periodicidad fue semanal, pero pasaría a editarse dos veces por semana, la periodicidad actual -martes y viernes- tiempo después, pero siempre de forma gratuita.
A lo largo de todos estos años ha sufrido distintas modificaciones tanto en contenidos como en diseño. Así, en 2014 desaparecían las tradicionales secciones de “Profesión”, “Sanidad” y “Educación”, para destacar simplemente el “En portada” para dotarlo de mayor sencillez. También desaparecían el editorial y los tensiómetros, hasta entonces seña de identidad de Diario Enfermero. Míticos fueron los meses y meses que Diario Enfermero estuvo otorgando su tensiómetro rojo al retraso del desarrollo de las especialidades de enfermería, sumando a su cuenta el número de días.
Con el tiempo el boletín ha ganado en agilidad, en calidad en los contenidos y en capacidad de reacción, con ediciones especiales cuando la situación lo ha requerido, como en el caso del Congreso del Consejo Internacional de Enfermeras de Barcelona en 2017 o con la manifestación del pasado 18 de junio en Madrid, entre otros muchos.
Aunque su público objetivo siempre han sido los enfermeros, nunca ha tenido una filosofía excluyente, pudiendo resultar de interés para todas las profesiones sanitarias, instituciones análogas e incluso para todas aquellas personas interesadas en recibir una información especializada en salud de calidad. Si no lo recibes, puedes suscribirte aquí.