La primera evaluación se realizó en 2010, cuando la división presentó tres procesos de nueva implantación: el manual de calidad y funcionamiento de la división de enfermería, el proceso de trazabilidad del instrumental quirúrgico y el proceso de pacto de stock de lencería, botiquín y de material almacenable. En esta ocasión, la fundación otorgó una calidad de 200+.
Posteriormente, en 2012 se realizó la 2ª autoevaluación EFQM, consiguiendo el sello 400+ tras una etapa de mejora continua. Por último, en 2014 continuó la línea de mejora y llevó a la división de enfermería a conseguir la acreditación 500+.
“Hemos avanzado en una cultura de trabajo dirigida a la mejora continua, que no tiene marcha atrás y que no sólo aporta valor para los pacientes, familiares y comunidad sino también al trabajo que día a día desarrollan los profesionales de enfermería”, afirma Freile, que resalta que este viaje por la excelencia supone para la organización un desafío profesional. Asimismo, manifiesta que quieren ser reconocidos por la sociedad como una división comprometida con la salud de los ciudadanos y con el desarrollo profesional, “que contamos para ello con el talento, la pasión y los valores de todos sus integrantes sin cuyo compromiso no habríamos llegado hasta aquí”.
Redacción