La música siempre ha guardado relación con la salud –explican los autores en su artículo en el British Medical Journal- y 4.000 años antes de Cristo ya se cantaba el Aleluya al sanador. En Grecia el dios Apolo era el padre de la salud y de la música y recientemente numerosas investigaciones han mostrado los beneficiosos efectos de la música sobre pacientes sometidos a cirugía. Los investigadores, liderados por Dave Bosanquet, aseguran que entre 60 y el 70 por ciento del tiempo está sonando música en una operación. “Bajo determinadas circunstancias, creo que la música es muy beneficiosa. Cuando el paciente está despierto hay evidencias fundadas de que ayuda a que esté calmado, como haría un fármaco, pero sin los efectos secundarios de estos y con acción inmediata. En resumen, un fármaco maravilloso. Pero en lo relativo al equipo de médicos y enfermeros, la música puede contribuir a que el ambiente esté más relajado en la sala. Está bien empleado cuando se trata de procedimientos de rutina sencillos, pero casi todo el mundo con los que he trabajado apaga el sonido cuando se enfrenta a algo más complejo o a un caso de emergencia”.
Según el estudio, alrededor del 80 por ciento de los miembros del equipo quirúrgico reporta que la música mejora la comunicación entre los sanitarios, les ayuda a relajarse y a ser más eficaces. Concretamente, en el caso del cirujano, le ayuda a focalizar la tarea que está llevando a cabo. “Pero siempre depende de cada persona. Hay gente que estudia mejor con música y para otros supone una distracción”, añade Bosanquet.
En la lista de canciones más apropiadas para el quirófano que recoge el estudio se encuentran éxitos como el mítico Stayin’ Alive de los Bee Gees; Smooth Operator, de Sade; Unbreak my heart, de Toni Braxton; el Comfortably Numb de Pink Floyd; Fix You, de Coldplay o el hit de los 80 Wake Me Up Before You Go-Go, de Wham.
Las canciones más evitadas por los cirujanos y su equipo son temas como Another One Bites the Dust, de Queen; Everybody Hurts, de REM o Scar Tissue de Red Hot Chilli Peppers.
El listado está centrado en el mercado anglosajón, pero ¿han probado a poner flamenco?. Dave Bosanquet afirma con ironía que “yo nunca he trabajado con alguien que pusiera música española, no abrazamos suficiente nuestra raíces españolas en el sur de Gales, pero si el equipo y el paciente así lo quieren ¿por qué no?”.
Algún estilo musical en especial puede resultar peligroso o desaconsejado. “Se debería evitar música agresiva y furiosa como el heavy metal o el trash music y, esta es una opinión personal, el rap y los ritmos con muchos bajos. El rock and roll, por el contrario, está bien”, concluye el autor del estudio.
David Ruipérez