Entre las principales fallas que recoge el documento destacan muchas de las ya denunciadas por el Consejo General de Enfermería en el mes de octubre, cuando su presidente, Máximo González Jurado, presentó ante los medios el Informe relativo a las actuaciones realizadas en el ámbito de la atención a pacientes con enfermedad por virus ébola en España. En él, la organización colegial concluía que se habían podido vulnerar varias normas y que los profesionales encargados de atender casos sospechosos no contaban con los medios ni la formación adecuados. “El informe pone de manifiesto posibles incumplimientos, especialmente en las áreas de formación de los profesionales, evaluación de riesgos y vigilancia de la salud”, dijo entonces González Jurado.
Ahora, el informe al que ha tenido acceso el diario El País recoge, entre otras deficiencias, que el centro contaba con un tipo de traje (buzos autoventilados) que “fueron adquiridos pero no utilizados por la dificultad para maniobrar en el espacio de la esclusa y la necesidad de entrenamiento”. Por otro lado, señala que sí había profesionales supervisando cómo sus compañeros se quitaban el traje pero añade que “podía tratarse de personal sin formación en materia de riesgos laborales”. Por eso, explica El País, la gerencia del hospital adoptó después “medidas parciales de mejora” como incorporar a titulados de enfermería con formación específica en riesgos laborales.
Los inspectores de Trabajo se detienen también en la formación teórica de los profesionales, que califica de “somera” en lo que a atención de casos de ébola se refiere, y consideran que el hospital ofreció sesiones “meramente informativas” que, además, pudieron no abarcar a la totalidad de trabajadores expuesto al riesgo. Sobre la existencia o no de simulacros, los inspectores constatan que “con carácter general” no los hubo. Ni en la esclusa, donde existe más riesgo de contaminación, ni tampoco para el procedimiento especial de manejo post mortem de los casos. “Una de las enfermeras que atendieron a los misioneros repatriados acababa de llegar de vacaciones y no recibió la formación obligatoria que marca la ley. En otros casos, aunque sí se les dio el curso formativo, este resultó ser claramente insuficiente y no fue acompañado de los simulacros necesarios para que los trabajadores se adaptasen con seguridad a las condiciones”, apuntó en octubre González Jurado.
En cuanto a los protocolos, el informe constata la “dispersión en cuanto a definición, pautas y medidas adoptadas en el ámbito global del complejo hospitalario”, además de señalar que existieron hasta seis protocolos distintos modificados “a tiempo real”. El elaborado por el hospital, por ejemplo, no se facilitó “por intranet a los delegados de prevención ni a los trabajadores hasta el 10 de octubre de 2014”, asegura la inspección.
Recientemente, el Consejo General de Enfermería anunció su personación como acusación popular en la causa judicial abierta por la crisis del ébola, sumándose así a otras organizaciones de enfermeros y médicos que venían denunciando el incumplimiento de la normativa de prevención de riesgos laborales. La organización colegial ha puesto además a disposición de los jueces las conclusiones de su Informe Relativo a las Actuaciones Realizadas en el Ámbito de la Atención a Pacientes con Enfermedad por Virus Ébola en España, con el fin de contribuir a esclarecer lo ocurrido y exigir las responsabilidades que pudieran proceder.
Ana Muñoz