En el estudio, publicado en la revista Metas de Enfermería, han participado 208 pacientes: 105 sometidos a PAE y 103 a TPC. “Nuestra experiencia muestra que la punción arterial es referida por los pacientes como dolorosa. Hemos realizado una encuesta de dolor autorreferido a los pacientes, muchos de los cuales, debido a su patología crónica, son asiduos del servicio de Urgencias y por desgracia tienen una amplia experiencia en ser puncionados a nivel arterial para toma de muestra de gases en la mayoría de los casos. Estos mismos pacientes son los que han contado sus experiencias, con y sin guía ecográfica. Y en muchas ocasiones, ellos mismos, al conocer ya la técnica, nos han solicitado realizar la misma con ayuda ecográfica puesto que referían menos dolor”, explica a DIARIO ENFERMERO Eva Vaquerizo, enfermera de urgencias del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid, y una de las autoras del estudio.
“En septiembre de 2013 el Servicio de Urgencias del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid adquirió un ecógrafo portátil. Al principio solo le daban uso algunos médicos del servicio. En algunas ocasiones lo utilizaban para canalizar vías venosas centrales. Y fue ahí cuando un grupo de enfermeros creíamos que ese nuevo instrumento podría tener también utilidad en técnicas enfermeras”, relata Vaquerizo. “En el mes de octubre, comenzamos a formarnos en nociones básicas de ecografía y a su vez iniciamos la práctica del uso del ecógrafo en distintas técnicas. Después de varias pruebas, caíamos en la cuenta de que en concreto, para la punción arterial, el uso del ecógrafo podría resultar útil en varios aspectos, y fue así como iniciamos este estudio”, prosigue Vaquerizo.
Diferencias
Este estudio muestra que la PAE disminuye significativamente el número de pinchazos necesarios, reduce la duración del procedimiento y el dolor referido por el paciente en comparación con el método clásico.
La diferencia fundamental es que la técnica de punción arterial clásica es una técnica de palpación (del pulso arterial) y la técnica ecoguiada es una técnica de visualización, en la que se guían por la imagen que se ve en la pantalla del ecógrafo y no es necesario sentir el pulso arterial. “La experiencia nos dice que a priori es más fácil ayudándote de un ecógrafo, ya que con este podemos rectificar in situ viendo las imágenes en la pantalla, la dirección de la aguja y la profundidad de la misma. Y la técnica en sí, es sencilla de aprender”, afirma la autora del estudio.
Aun así, todo tiene sus pros y sus contras. En el caso de la TPC, y tratándose de un profesional con amplia experiencia y pulso perfectamente palpable, no se precisa de apoyo ecográfico, ya que esta técnica puede resultar más rápida que con la ayuda del ecógrafo. “Sin embargo, si se trata de un paciente obeso, en estado de shock o con edemas, la técnica se vuelve complicada, el dolor autorreferido por el paciente aumenta y los tiempos se demoran. Incluso, es probable que el enfermero vea aumentado su estado de ansiedad al no poder llevar a cabo la técnica”, puntualiza Vaquerizo. Por su parte, la PAE es un procedimiento que con una mínima experiencia simplifica la técnica en accesos arteriales difíciles por aumento de diámetro de la extremidad, pulso débil, falta de colaboración… “Como limitación podríamos decir que requiere de una mínima formación en ultrasonidos y la disponibilidad de un ecógrafo que no siempre es posible”, continúa.
Resultados
Mejorar el confort del paciente y su percepción del dolor, contribuir a la mejora en la calidad de la atención, minimizar complicaciones y en muchos casos reducir los tiempos diagnósticos son algunas de las conclusiones extraídas del estudio comparativo de la punción arterial ecoguiada frente a la técnica clásica.
“Es una técnica sencilla y barata que garantiza una correcta localización del vaso a puncionar. Es cierto que requiere una formación mínima en ultrasonidos, pero el papel de la enfermería es completamente protagonista, ya que es la propia enfermera la que decide si se precisa o no el uso del ecógrafo para ayudarse en la técnica. No necesita ningún tipo de supervisión ni permiso especial, puesto que la técnica se hace en las mismas condiciones que la punción clásica. Sólo necesita una mínima formación en ultrasonidos”, argumenta Vaquerizo.
“La enfermería está en progreso, pero consideramos que aún le falta más autonomía. Tenemos que creer más. Somos un colectivo que cada vez tiene más inquietudes y ganas de avanzar, pero necesitamos algunos “empujones” y motivaciones. La investigación en enfermería está cada vez más en auge, pero se necesita tiempo y ayuda, y no siempre se dispone de ello”, finaliza.
Alicia Almendros