Los investigadores comprobaron el efecto de sustituir las omnipresentes grasas saturadas en la dieta habitual de los norteamericanos por las insaturadas del aguacate. En el estudio participaron 45 pacientes sanos con obesidad o sobrepeso y edades comprendidas entre los 21 y los 70 años. Estos fueron divididos en tres grupos y siguieron tres dietas distintas, aunque todas ellas dirigidas a reducir los niveles de colesterol. Durante las dos semanas anteriores al comienzo de la dieta para bajar sus niveles de colesterol, los participantes siguieron una dieta media americana, que consiste en un 34 por ciento de las calorías procedentes de la grasa, un 51 de carbohidratos y un 16 por ciento de proteínas. Transcurridas esas dos semanas, a un grupo se le asignó una dieta baja en grasas sin aguacate; al segundo una dieta moderada en grasas también sin recurrir al aguacate, mientras que el tercer grupo siguió una dieta similar al anterior, pero con un aguacate al día.
Así, los pacientes incluidos en los grupos de una ingesta moderada de grasas recibían un 34 por ciento de las calorías de las grasas (la mitad de ellas ácidos grasos monoinsaturados). En el grupo de la mayor reducción de consumo de grasas, éstas sólo representaron el 24 por ciento de las calorías ingeridas.
Tras cinco semanas de dieta los investigadores constataron que en el grupo que tomó aguacate los niveles colesterol LDL en sangre se redujeron en 13,5 mg/dL, mientras que en el grupo de ingesta moderada sin aguacate se redujo un 8,3 mg/dL de media y en la de muy bajo consumo de grasas, en 7,4.
Otros análisis adicionales mostraron mejora en otros parámetros entre los pacientes que consumieron aguacate, como por ejemplo el volumen total de colesterol, los triglicéridos…
Los autores de la investigación, liderados por Penny M. Kris-Etherton, jefa del Comité de Nutrición de la Asociación Americana del Corazón y profesora de Nutrición de la Universidad de Pensilvania State (EE.UU.) asegura que “hay que centrarse en conseguir que la gente se decante por dietas saludables para el corazón que incluyan los aguacates u otros alimentos que proporcionen mejores grasas. El problema es que el aguacate está muy poco introducido en la población estadounidense por su alto precio y cuando se consume es en forma de guacamole acompañado de “nachos”, con alto índice calórico y mucha sal. Sin embargo, el aguacate puede degustarse en ensalada, con verduras o sándwiches”.