Los enfermos de lepra se enfrentan al rechazo social -aun después de estar curados- y en muchas ocasiones sus familias también se ven marginadas.
Las enfermeras, que son el grupo más numeroso de profesionales de la salud en el mundo, deben comprometerse a aliviar el sufrimiento físico y mental y a promover la salud de todas las personas sin ningún prejuicio.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el último año se notificaron 215.656 nuevos casos de lepra, enfermedad crónica que afecta principalmente a la piel, los nervios periféricos, la mucosa del tracto respiratorio superior y los ojos. La lepra se puede curar y ha sido eliminada en 119 de 122 países, aunque todavía persisten mitos e ideas erróneas acerca de la enfermedad.
Como parte del Llamamiento mundial, el CIE aboga por el derecho de los enfermos a recibir tratamiento y cuidados, y pide que se ponga fin a la discriminación que sufren esas personas y sus familias.
La Fundación Nipona viene defendiendo desde 2006 los derechos de las personas afectadas por la lepra. En este periodo, han trabajado incansablemente para hacer al público más consciente, para incrementar el apoyo de los dirigentes mundiales y para unir las fuerzas con organizaciones, tales como el CIE, que tienen un compromiso y dedicación con los derechos humanos en general.
El CIE se unió al llamamiento durante una ceremonia celebrada por la Fundación Nipona en Tokio, Japón, a la que asistieron la presidenta del CIE, Judith Shamian; el presidente de la Fundación Nipona, Yohei Saskawa; los presidentes de diversas asociaciones de enfermería de todo el mundo, un representante de las Naciones Unidas; personas afectadas por la lepra; y enfermeras y otros profesionales dedicados a los cuidados de estos enfermos.
Redacción