“La que muchos llaman ‘la pandemia del futuro’ ya ha llegado y no es ni más ni menos que la salud mental. Llevamos años advirtiéndolo y avisando de que se tiene que llevar a cabo un abordaje integral de estos problemas desde la infancia. Debemos conseguir desestigmatizar las enfermedades mentales y que ninguna persona pueda juzgar a nadie por ello. La salud mental tiene que ser visible y tiene que ser visible desde el principio. Nadie se atrevería a poner en entredicho a alguien que te dice que tiene un dolor de muelas. Entonces, ¿por qué sí se juzgan las enfermedades mentales? Tenemos que trabajar entre todos para derribar esos muros y las enfermeras especialistas en Salud Mental tienen un papel clave para ello”, afirma Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería.
Con motivo del Día Internacional de la Enfermería de Salud Mental, que se conmemora cada 1 de septiembre, desde la Organización Colegial ponen el foco en la prevención. Así, María del Mar García, vocal de Salud Mental del Consejo General de Enfermería, asegura que “el cuidado de la salud mental es un pilar fundamental para el bienestar de la sociedad”. “En este sentido, la figura de la enfermera especialista no se limita al tratamiento de patologías, sino que abarca la prevención, la detección precoz y la promoción de hábitos saludables. Actualmente, la salud mental representa uno de los mayores desafíos a nivel global. Por ello, nuestra labor es indispensable para ofrecer un enfoque holístico que acompañe a las personas a lo largo de su vida, asegurando un futuro más sano y resiliente para todos”, resalta García.
Estrés, pluriempleo…
En esta misma línea se muestra Francisco Megías, presidente de la Asociación Española de Enfermería de Salud Mental (AEESME), que apunta a dos motivos claros por los que la salud mental es ahora uno de los temas principales a tratar: “En primer lugar, el tipo de vida que se da en las sociedades modernas, que llevan aparejados el estrés, pluriempleo, aislamiento social… Además, también venimos de unos años en los que la visibilidad de la salud mental es mucho mayor, ya que ciertos sucesos, como la pandemia, han puesto de manifiesto su importancia. Tradicionalmente, se le ha dado más relevancia al malestar físico que presenta síntomas claros como fiebre, dolor, impotencia funcional, etc.; pero atendiendo a la integralidad de la persona, es importante abordar la salud desde que se nace, de una manera holística o, lo que es lo mismo, integral”.
Para él, “el trabajo diario de educación con niños y niñas conlleva implícitamente fortalecer el ánimo, la personalidad, el autoconcepto, respetando situaciones concretas en cada criatura y que, realmente, lo que se está haciendo es prevención de situaciones negativas de salud y promoción de una salud positiva. Si las situaciones que pueden generar desvíos de una buena salud mental son ya conocidas cuando se llega a la edad adulta, en vez de ser una repentina sorpresa, todo apunta a que será más fácil identificarlas e integrarlas en la experiencia vital”, puntualiza Megías.
Falta de profesionales
En este sentido, contar con los profesionales necesarios para ayudar y trabajar la salud mental pasa también por reconocer a las enfermeras especialistas y convocar oposiciones en todas las comunidades autónomas, así como aumentar el número de plazas para formarse como especialista cada año. En la próxima convocatoria tan solo se han ofertado 356 en todo el Estado. Un número que, para el Consejo General de Enfermería, es irrisorio porque no es suficiente para solucionar ni tratar la salud mental en la actualidad. “El Ministerio sabe perfectamente el punto en el que está la salud mental ahora mismo. Por eso, tener profesionales formados y especializados que puedan prevenir, dar pautas y ayudar a la población debería ser una obligación”, apunta el presidente de las más de 353.000 enfermeras y enfermeros de España.
Por su parte, el presidente de la AEESME denuncia la falta de plantilla en todas las comunidades autónomas. “Se han ido progresivamente creando plazas de psiquiatras y psicólogos y, sin embargo, las enfermeras especialistas son las mismas desde la época de la reforma psiquiátrica. Esta situación crea una pirámide invertida en la que la demanda mayor es la de cuidados, que debe de resolver la psicoenfermera, que sufre una gran presión asistencial. Por otro lado, también hay que denunciar que en todas las Comunidades Autónomas se recurre con mucha frecuencia a contratar enfermeras no especialistas, lo que conlleva el deterioro en la calidad de los cuidados; no sería de recibo, para que todos lo entiendan, que un ginecólogo se contratase para sustituir a un psiquiatra”, subraya Francisco Megías.