“La mayoría de las personas adultas pasa gran parte de su tiempo en el trabajo y su entorno laboral se convierte en un espacio clave en el que prevenir y manejar la diabetes con espacios seguros en los que se cuide la alimentación, se fomente la actividad física y se incorporen programas de educación para la salud”, argumenta Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería.
Durante los años 2024 a 2026, se profundiza en el BIENESTAR de las personas con diabetes, pendiente en general de abordar, entendiendo que la diabetes va más allá de una glucemia y que afecta a toda la vida de la persona que convive con ella (y su entorno cercano), enfrentándose a retos diarios para gestionarla.
“La diabetes, como patología crónica, implica la adaptación de la persona y su entorno a un nuevo estilo de vida desde el debut, de ahí la necesidad de un aprendizaje para el manejo autónomo de esta y la prevención de sus complicaciones evitables”, explica Pilar Peláez, enfermera experta en diabetes y técnica en la Dirección General de Programas Asistenciales, coordinadora del área de la diabetes del Servicio Canario de la Salud. Convivir con una enfermedad como la diabetes no es fácil. Su tratamiento es de alta complejidad, crónico, autoadministrado y con objetivos exigentes. La educación terapéutica está centrada en cada persona, favoreciendo el acceso al tratamiento, comportamiento de autocuidado y el empoderamiento de la persona que convive con la diabetes”, añade.
Educación terapéutica en diabetes
La persona con diabetes debe comprender que su participación activa en el tratamiento de su enfermedad es esencial. Y en todo este proceso cuenta con un aliado clave, la enfermería. La profesión enfermera ha ido evolucionando y ampliando su competencia asistencial clínica a investigadora, de liderazgo, gestora, docente, etc, siempre basada en la evidencia y la utilización del método enfermero y científico.
“La enfermera ante las personas con diabetes y su familia juega todos estos papeles, pero el fundamental es la Educación Terapéutica. La imparten enfermeras que han adquirido competencias avanzadas en el ámbito clínico de la diabetes, atención a la familia y comunidad, trabajo en equipo y liderazgo, organización y gestión y, además, en pedagogía y comunicación, asertividad, motivación y negociación necesarias para fomentar actitudes de apoyo, que posibiliten transmitir los conocimientos, las habilidades y las actitudes adherencia a las actividades de autocuidado de las personas con diabetes”, expone Peláez.
Existen cuatro momentos clave en la intervención educativa: el diagnóstico, al menos una vez al año o cuando no se cumplan objetivos, ante cambios de tratamientos o de equipo sanitario; y cuando aparecen complicaciones, cambios vitales importantes o se planifica un embarazo. Pélaez recuerda que “la educación terapéutica es un proceso continuo, planificado y sistemático de comunicación y de enseñanza-aprendizaje orientada a facilitar la adquisición y mantenimiento de prácticas saludables a través de Programas Estructurados. Se inicia en el momento del diagnóstico y se prolonga a lo largo de toda la evolución del ciclo vital de la persona con diabetes. Soporta la base de todo el tratamiento de la diabetes mellitus y ha demostrado mejorar resultados clínicos, psicosociales y de satisfacción de la persona con diabetes, además de ahorrar en gasto sanitario”.
Enfermera de práctica avanzada en diabetes
A lo largo de los años se han producido varios cambios que han modificado totalmente el abordaje de la diabetes. El descubrimiento de la insulina hace un siglo revolucionó el tratamiento de la diabetes que anteriormente era mortal para personas con diabetes tipo 1. Desde hace relativamente pocos años la aparición de tecnología -como glucómetro, o bombas personales de infusión continua- han cambiado los modelos de atención y mejorado el abordaje de la diabetes demostrando beneficios clínicos probados. Pero, para la enfermera dedicada a la educación terapéutica, el cambio pendiente y muy necesario es integrar los nuevos modelos asistenciales en diabetes que conllevan en nuestro país, la urgencia del reconocimiento de las Enfermeras de Práctica Avanzada en Diabetes mediante la aprobación del Diploma de Acreditación para la Atención, Cuidados y Educación Terapéutica de las personas con diabetes, familiares y cuidadores, presentado desde el Consejo General de Enfermería al Ministerio en su 2ª fase en julio del 2025. “Regulará los dominios competenciales de estas enfermeras, la formación de posgrado necesaria, los requisitos de acceso (vía excepcional o vía ordinaria), la vigencia y renovación para su reconocimiento a nivel nacional”, asegura Peláez.
Desde la Federación Española de Diabetes (FEDE), y desde distintas asociaciones de personas con diabetes de todas las comunidades autónomas, hace años que impulsan, priorizan y reclaman la regulación de esta figura y su formación para garantizar la educación terapéutica en las personas con diabetes. Para Antonio Lavado, presidente de FEDE, “es fundamental que desde las asociaciones luchemos por el reconocimiento de las enfermeras de práctica avanzada en diabetes, ya que su figura es crucial para el aprendizaje y, por tanto, la autonomía del paciente. No nos cansamos de insistir en que la educación terapéutica que proporcionan estas profesionales es una parte imprescindible del tratamiento en diabetes, clave para mantener la adherencia y asumir todas esas decisiones que, diariamente, nuestra patología nos exige tomar. Por este motivo somos muchas las entidades y colectivos que, desde hace años, venimos reivindicando que esta figura esté debidamente acreditada en el SNS.




