La labor imprescindible de la enfermería frente a la anorexia y la bulimia

Los trastornos de la conducta alimentaria (anorexia y bulimia) son enfermedades mentales de origen multifactorial que se caracterizan por tener una alteración del patrón de ingesta o de la conducta sobre el control de peso y por provocar un deterioro físico y psicosocial. Afectan en su mayoría (90-95%) a mujeres con edades comprendidas entre los 12 y los 25 años, que en numerosas ocasiones sufren la estigmatización de la sociedad.

Para evitar este rechazo, ayudar a los afectados a salir adelante y prevenir la patología, los enfermeros deben realizar una enorme labor de educación sanitaria y mostrar su apoyo constante a los enfermos. “Cuando llega algún caso al hospital ya suelen venir con un peso muy bajo. En ese momento nosotros estamos con ellos 24 horas”, afirma Jon Piélago, enfermero especialista en Salud Mental del Hospital Universitario Donostia. Asimismo, explica que hay que dar apoyo emocional a las enfermas, ayudarles en la resolución de conflictos, fomentar su autonomía, administrarles la medicación y colaborar en diferentes terapias.

“Estos trastornos suelen aparecer en la adolescencia, que es cuando las chicas empiezan a tener muchos cambios y es una edad de riesgo”, cuenta Garbiñe Agirre, coordinadora de la Asociación contra la Anorexia y la Bulimia (Acabe) en Guipúzcoa. Aun así, reconoce que hay mucha gente mayor que por alguna circunstancia decide cambiar su vida. “En este momento empiezan a hacer dieta y luego tienen pánico a engordar y es cuando se desarrolla la enfermedad”, comenta Agirre.

Como no hay un origen claro, a la hora de afrontar la curación hay que abordar diferentes frentes. “Si los afectados llegan desnutridos, hay que alimentarlos y conseguir que cojan un peso mínimo para poder llevar una vida saludable. Después, necesitan que un médico les ponga un tratamiento para controlar las complicaciones que pueden surgir como anemia, pérdida de la menstruación o problemas cardiacos, entre otros”, destaca Piélago. Debido a que de base hay un problema psicológico que favorece que estos trastornos se desarrollen, los afectados suelen necesitar medicación psiquiátrica para que se resuelva o, por lo menos, que mejore el pronóstico. “Para superar la anorexia o la bulimia, el enfermo y su familia tiene que afrontar un tratamiento completo, a nivel físico y también mental”, apunta el enfermero.

Varios problemas

Tanto la bulimia como la anorexia pueden derivarse de problemas culturales, biológicos, sociales, familiares, psicológicos, etc. “Muchas veces estos casos se manifiestan por una falta de comunicación, es una manera de rebelarse contra ellos mismos y contra el entorno. Hay gente que no puede verbalizar sus problemas y lo exteriorizan de esta forma”, subraya Jon Piélago.

El enfermero, que ha participado en la primera charla de la segunda edición del Espacio de Salud y Cuidados para ciudadanos del Colegio de Enfermería de Guipúzcoa, considera que como en toda enfermedad es mejor prevenir que curar. “No siempre es posible evitar que surja esta enfermedad, pero hay unas pautas que se pueden seguir. Hay que valorar la autoestima de la persona, ver la percepción que tienen de su imagen corporal, educarles desde pequeños en una buena alimentación, tener comunicación con la familia y fomentar su autonomía”, manifiesta Jon Piélago.

En el caso de que no se haya podido prevenir la enfermedad, la familia tiene un papel fundamental para la curación del paciente. “Es una enfermedad que suele ser bastante larga y la familia tiene que tomar parte del problema y apoyar al afectado. En algunas ocasiones, el origen de la enfermedad puede aparecer por problemas que surgen desde pequeños, entonces es imprescindible que la familia esté predispuesta a ayudar”, recalca Piélago.

A día de hoy, estos trastornos siguen siendo difíciles de entender y pueden llegar a avergonzar en cierto modo a la persona y a sus allegados. “Lo que hay que hacer es no banalizar esta enfermedad porque la gente cree que lo que les pasa a los afectados es que quieren adelgazar y ya está, pero no, hay mucho detrás”, resalta Agirre.

A pesar de la gravedad de la enfermedad, el enfermero reconoce que “se puede curar”. “Es una enfermedad muy dura, pero hay gente que se recupera y puede llevar una vida plena”, subraya Piélago, que también destaca que hay veces que la enfermedad se cronifica de por vida y otras en las que los enfermos terminan muriendo, tanto por no comer como por suicidios.

Próximas charlas del Espacio de Salud y Cuidados para ciudadanos del Colegio de Enfermería de Guipúzcoa:

5 de Marzo: Cómo cuidar en el domicilio a una persona dependiente.

23 de Abril: El duelo. ¿Cómo hacer el duelo ante una pérdida?: un fallecimiento, una separación, el nido vacío...

7 de Mayo: Cómo comunicarte con tu hijo adolescente? ¿y cuando es adoptado?

4 de Junio: Adicciones.

25 de Junio: El maltrato. ¿Cómo reconocerlo? ¿Cómo salir de ahí? Físico y/o psicológico.

1 de Octubre: Mobbing infanto-juvenil: ¿Cómo se detecta y cómo hay que actuar?

5 de Noviembre: Estrés, ansiedad, depresión.

3 de Diciembre: Envejecer con alegría y conocimiento. Envejecimiento en positivo (demencias).

 

Ángel M. Gregoris

Contenido revisado en Marzo de 2024.
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