Tal y como reconoce la propia orden “ante las ventajas que para el funcionamiento del servicio va a suponer la incorporación de los enfermeros especialistas en Enfermería Pediátrica, se considera preciso modificar el actual Decreto 119/2002, de 4 de octubre, por el que se regulan las opciones del personal estatutario del Servicio Murciano de Salud, e incorporar al mismo, dentro de la categoría de Diplomado Sanitario Especialista, la opción de Enfermería Pediátrica”.
Entre las funciones más relevantes de estos especialistas el BORM cita dos de las establecidas por el programa formativo aprobado en 2010: “prestar cuidados de enfermería al recién nacido, niño o adolescente”, y “educar para la salud de los niños, adolescentes y sus familias y participar en tareas de investigación”.
Una reivindicación histórica
“Es lo que llevamos pidiendo desde que se creó la especialidad”, afirma Ana Pedraza, vocal del Consejo General de Enfermería en la comisión nacional de Enfermería Pediátrica, satisfecha después de conocer este reconocimiento. “De hecho, todas las comunidades autónomas deberían seguir el ejemplo de Murcia e incluir todas las especialidades, y no sólo enfermería pediátrica, dentro de las categorías laborales, igual que ya están las matronas”. “Tenemos conocimiento de que otras comunidades también están trabajando en ello, pero todavía no lo han concretado”, sostiene.
Así, Ana Pedraza recuerda que, desde la primera convocatoria de plazas de formación vía EIR en el año 2010, “ya llevamos dos promociones enteras de enfermería pediátrica formadas, más de 150 enfermeras preparadas que luego no pueden ejercer como especialistas y este año terminan otras 100. Eso no es lógico. Es invertir dos años en su formación y luego, simplemente, no aprovechar su preparación”.
Ahora que Murcia ha creado la categoría profesional, “el siguiente paso sería que asignen qué plazas deben ser ocupadas por especialistas, tanto en atención primaria como especializada”. “Y esperemos que ello repercuta en que, por lo menos Murcia aumente su oferta de formación especializada”. Aunque a su juicio todas las comunidades deberían aumentar las plazas que ofertan en enfermería pediátrica. “Desde la comisión, cada año solicitamos más de 200 plazas, pero luego sólo se convocan la mitad, y en nuestro caso es muy fácil, pues allí donde se está formando un MIR de pediatría es posible la formación de enfermeras, sólo es preciso ampliar la acreditación de la unidad docente”, finaliza Pedraza.