La investigación, realizada por las enfermeras Lidia Fernández, Rosa Isabel Fernández, María Isabel Santos y Natalia Díaz, buscaba conocer la formación que tienen los profesionales sanitarios a la hora de enfrentarse a pacientes que sufren violencia de género. Tras el análisis de 117 entrevistas a enfermeros y médicos del Área Sanitaria III del Principado de Asturias, se concluyó que los profesionales están poco preparados, sintiéndose inseguros en muchas ocasiones.
Además, el estudio considera que la formación es muy importante para identificar nuevos casos, pero no para preguntar, influyendo en ello más los aspectos sociodemográficos del profesional. Según los resultados de la investigación, los profesionales demandan formación continuada en relación a la violencia de género, así como espacios adecuados para asistir a las víctimas que necesitan atención. “La difusión de manera regular de los protocolos existentes podría ayudar a que los profesionales se sintiesen más capacitados para abordar todos los casos desde la prevención hasta las actuaciones en consulta”, afirma Rosa Isabel Fernández.
Para las investigadoras, la enfermería juega un papel fundamental en la atención a las posibles víctimas de violencia de género, ofreciendo un trato humanizado, basado en la formación continuada y teniendo en cuenta los aspectos biopsicosociales de las mujeres. “Que se reconozca una investigación que aborda un tema tan delicado como es la violencia de género, nos anima a seguir investigando y a ratificar que todo esfuerzo tiene su recompensa”, resalta Fernández, que considera imprescindible que las enfermeras sigan construyendo un cuerpo propio de conocimientos y abordando los problemas de salud desde la más alta calidad de los cuidados.