“Apoyamos medidas como la profesionalización de la gestión y que personas preparadas para cumplir con los objetivos institucionales –de un hospital o un centro de salud, por ejemplo- puedan acceder al cargo por sus méritos y facultados por su titulación de graduado, sea un médico o una enfermera. Son políticas valientes, como la que intenta llevar a cabo la Comunidad de Madrid y a la que algunos se oponen porque no interesan determinadas reformas. Se trata, sin embargo, de un proyecto de ley con aspectos éticos y humanísticos para con el paciente; y que fomenta por fin que los equipos los dirija gente competente y con capacidad para gestionar recursos. ¿A quién no le interesa que se hagan operaciones por la tarde en los hospitales públicos? Pues a los que van a trabajar por la tarde en la privada. No optimizamos los recursos ni se ha centrado el sistema, como predican, en el paciente. Ahora que una Consejería de Sanidad como la de Madrid apuesta por ello le llueven palos. No se entiende, pues es una de las leyes más importantes en este campo desde la Ley General de Sanidad”, concluye González Jurado.
David Ruipérez