En España existen en torno a 120 centros públicos y privados donde cursar el Grado de Enfermería, ¿qué diferencia a la UCAM, cuál es su enfoque de los estudios?
Mi universidad ha hecho una apuesta muy decidida por la Enfermería. Desde el principio del Grado nos apoyaron como una facultad propia, sólo con el Grado de Enferme-ría, y eso implica más posibilidades de desarrollar muchas ideas y proyectos, no solamente desde punto de vista del grado, sino posgrados, máster, líneas de investigación propias en el doctorado…Como universidad católica nuestro punto de vista es humanístico, que no sea todo técnica y que tenga un valor humano. Para nosotros hay una realidad innegable y es que los enfermeros tienen que ser buenas personas. Ser un buen profesional no es sólo saber hacer buenas técnicas.
¿Se ha descuidado el aspecto humanístico de una profesión tan centrada en el paciente?
Sí, porque ha existido la creencia de que seremos más profesionales si somos muy tecnológicos, y la enfermería tiene que conjugar ambas cosas. Nosotros somos también muy tecnológicos, en ese sentido que-remos ser innovadores. Por ejemplo, contamos con una unidad de simulación clínica con seis salas completísimas que desarrollan escenarios virtuales muy realistas, para que los alumnos puedan tomar decisiones y trabajar muchos casos. A esto, que en principio tiene un componente muy tecnológico, también le añadimos la vertiente humanística e incorporamos pacientes. Si, por ejemplo, hemos tratado las amputaciones, pues que venga un amputado para que explique su punto de vista y qué ha hecho mal el alumno con el maniquí y qué hubiera hecho sentir mal al paciente. Conjugamos la tecnología y el humanismo. Ser muy innovado-res no quiere decir dejar atrás la parte humana.
¿Están los alumnos muy enfocados a trabajar en un hospital, en la labor asistencial, e ignoran que hay otras salidas interesantes para un enfermero?
Intentamos también ampliar esa oferta, con posgrados interesantes, con inserción laboral y nuevos campos. Por ejemplo, un máster en salud laboral y otro en riesgos laborales. Ambos tienen mucho éxito, porque son dos figuras que al empresario le interesan mucho. O, por ejemplo, un curso de acupuntura muy enfocado al autoempleo. Damos ideas a los alumnos pensando en sus posibilidades laborales. También es positivo salir de España, que a veces se ve como algo negativo, pero también es un enriquecimiento vital muy grande. Al final vivimos en Europa, y en Europa hay movilidad.
¿Sigue habiendo cierto miedo o complejo a investigar y dar a conocer los trabajos en revistas científicas de impacto?
En esto ha habido un cambio muy grande. La mentalidad de los enfermeros ya no es sólo terminar la carrera. Con la posibilidad del máster y de hacer el doctorado se han abierto las ideas. Hay que hacer trabajo fin de máster y eso es publicable. Hay otra circunstancia. La acreditación de profesorado por parte de la ANECA ha obligado a que los profesores universitarios tengan que publicar. Otra cuestión es en qué área publicamos. ¿Es la enfermería una ciencia experimental o una ciencia social? Hay que pensar en cómo nos posicionamos como disciplina científica.
¿Están trabajando en nuevas herramientas para mejorar la metodología enfermera?
Sí, hay muchas experiencias en este sentido. Pero una que verá la luz estos días es el primer libro sobre investigación en metodología enfermera. Es un campo emergente muy interesante. En nuestro máster de investigación tenemos una asignatura que se llama así y empiezan a salir tesis doctorales en este campo. Hacía falta un libro que recopilase cómo hacer una investigación en lenguajes enfermeros con autores nacionales e internacionales de altísima calidad, como Sue Moorhead y Elizabeth Swanson. O los brasileños, que están pegando muy fuerte en esto. A nivel nacional hay autores de casi todas las comunidades autónomas. Es un proyecto que va a ayudar a todas las personas que quieran hacer investigación en metodología enfermera, que son muchos. Sigue habiendo obstáculos, pero los pasos que se han dado son de gigantes.
David Ruipérez