La guía también establece unas ideas generales de cómo debe ser la escucha, resaltando que “se debe escuchar con atención y empatía. No se debe interrumpir al paciente, ni escribir mientras se escucha” el paciente debe recibir la atención completa del profesional sanitario para sentirse entendido por completo.
El carácter práctico de la guía queda demostrado porque presenta siete situaciones concretas en las consultas, y ante cada una de ellas, el código de actuación explica a la enfermería que hay qué pensar y qué intervenciones hay que hacer para escuchar activamente. Nos encontramos ejemplos como que el paciente niega su problema de salud, donde las enfermeras catalanas proponen “hacerle preguntas abiertas y neutras del tipo ‘¿cómo lleva su situación?’, ‘¿Cómo se siente?’” y siempre habrá que “escucharlo sin decirle qué tiene que hacer”.
Por otro lado – explica la guía- si el paciente se muestra desanimando, triste o deprimido, aconseja “escucharlo en silencio y con empatía, dejar que llore y exprese, mostrar actitud de acompañamiento sin prisas, y no decirle ‘anímate’, ‘no es para tanto’, ‘tranquilo’ o ‘tenga una actitud más positiva’”. También prevé la respuesta que se debe tener ante un paciente que no hace el tratamiento “no se debe sermonear, habrá que pedirle opinión sobre el tratamiento, preguntarle cómo le afecta el problema de salud en su vida cotidiana, preguntarle si tiene otras preocupaciones y escucharlo sin juzgarlo ni opinar”.
Finalmente, el documento aporta también tres intervenciones en caso de que se acabe el tiempo de visita, expone que estas situaciones hay que afrontarlas con suavidad con frases como “le agradezco que haya compartido conmigo su situación”, “siento no tener más tiempo, pero espero que en otro momento me pueda explicar más cosas” o “podemos seguir hablando otro día “.
Marina Vieira