Almudena Vecina Oliver, enfermera de la Unidad Coronaria del servicio de Cardiología, del Hospital General de Valencia, es la investigadora principal junto a dos enfermeras residentes de Enfermería Familiar y Comunitaria, Tamara Miravalls y Celia de las Nieves Poveda.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró en 1998 la violencia doméstica como una prioridad internacional para los servicios de salud. Según la encuesta de violencia de género realizada en 2015 en España, un 24,2% de las mujeres han sufrido violencia de género alguna vez en su vida. Se estima que a nivel mundial aproximadamente el 35% de las mujeres han sido víctimas de violencia física y/o sexual. El porcentaje de mujeres maltratadas que denuncia en España es relativamente bajo, estimándose entre un 2% y un 10% de los casos totales.
Una consideración a tener en cuenta es el papel de los profesionales sanitarios en este escenario "ya que se calcula que sólo el 17% de mujeres que se reconocían como víctimas de una relación de maltrato eran identificadas como tal por los profesionales sanitarios", explica Almudena Vecina. "Si tenemos en cuenta que solo se autoreconocen como maltratadas entre el 3-4% de las que se detectan, podemos decir que nos encontramos ante un fenómeno ‘normalizado' e ‘invisibilizado' en nuestra sociedad, que se circunscribe al ámbito privado de la persona, llegando a los servicios sanitarios en forma de hiperfrecuentación, aludiendo a síntomas inespecíficos de tipo somático, sometiéndose a más intervenciones quirúrgicas, prolongando sus estancias hospitalarias y consumiendo mayor número de fármacos", añade.
A pesar de que el personal sanitario está sensibilizado frente a este problema, muchos de ellos no lo consideran un problema de salud, sino más bien un problema social y judicial. Además, un alto porcentaje admite que carece de la formación necesaria para atender a este tipo de pacientes.
Existen estudios realizados con personal de enfermería que demuestran que la tasa de detección podría mejorar entre un 7-30% cuando la mujer es atendida por enfermeras formadas en la materia, específicamente en el aprendizaje de la entrevista psicosocial y habilidades como la acogida, la empatía y la escucha activa.
La utilidad de este proyecto es que "nos permitirá conocer la percepción del personal sanitario de Urgencias sobre la violencia de género como problema de salud y así poder determinar si existe una carencia de conocimientos con respecto a la temática que pueda tener un repercusión en el estado de salud de las personas afectadas", afirma Almudena Vecina.
Analizados los resultados de la encuesta, si se confirma que el personal no se siente preparado o cualificado para detectar y manejar los casos de violencia de género, se plantea poder desarrollar un programa de formación y un protocolo de actuación para mejorar la asistencia a las víctimas, además de proponer la elaboración de una Guía de atención a la violencia intrafamiliar y de género.