Ante el terrible suceso de la detención de una auxiliar de enfermería por, presuntamente, acabar con la vida de una paciente, el Consejo General de Enfermería recuerda a los medios de comunicación que enfermería y auxiliar de enfermería no son ni la misma profesión, ni tienen las mismas competencias y funciones, ni en general son términos equivalentes e intercambiables como se ha podido leer en algunos titulares de prensa en las últimas 24 horas.
Un enfermero es un profesional con estudios de Grado Universitario con pleno desarrollo académico a través del Máster, el Doctorado y las especialidades, mientras que un auxiliar de enfermería –compañeros fundamentales en el funcionamiento del sistema sanitario y miembros del equipo en la atención al paciente- es un técnico en cuidados auxiliares que ha cursado un ciclo medio o superior de Formación Profesional. Las funciones de unos y otros dentro del sistema sanitario son muy distintas y están bien definidas. Además, los enfermeros cuentan con un código deontológico al que ceñirse en práctica diaria bajo la supervisión de los Colegios Oficiales de Enfermería y el propio Consejo General.
Comprendemos perfectamente que la limitación de espacio en los titulares y redes sociales de los medios induzca a veces a simplificar u omitir palabras. No obstante, agradecemos que la mayor parte de los medios -en su compromiso porque la sociedad reciba la información más veraz y precisa posible-, se hayan referido a la protagonista del suceso como una “auxiliar de enfermería”, que es su verdadera categoría profesional, y no como “enfermera”, ya que esto puede ocasionar confusión y alarma social hacia nuestra profesión que en nada tiene que ver con el presunto homicidio ni la investigación en curso.
Redacción
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