“La glucosa es un biomarcador de padecer o no diabetes. Nosotros estamos haciendo lo mismo con dolor, pero en vez de hacerlo en sangre, como se hace en la glucosa, nosotros lo hacemos en saliva, porque la extracción de saliva es muy sencilla, es una técnica de extracción pasiva, no invasiva, libre de estrés, libre de dolor…”, explica a DiarioEnfermero.es Amanda Vázquez, enfermera investigadora del IOBA.
Lo primero que han hecho es estudiar determinadas moléculas que se cree que se pueden asociar con dolor en individuos sanos, que no tienen dolor, para ver cuáles eran los valores normales. “La segunda parte del proyecto consiste en estudiar si de verdad existen correlaciones entre los datos subjetivos que son las escalas, y los datos objetivos que son estas moléculas”, explica Vázquez.
Para ello han tomado muestras de saliva y han realizado los cuestionarios de dolor desde el preoperatorio hasta las 144 horas de postoperatorio en una serie de pacientes que se iban a someter a una cirugía que tiene un postoperatorio doloroso y que es muy similar en todos los pacientes, la cirugía de ablación de superficie avanzada (ASA).
En esta cirugía se aplica láser en la córnea, por lo que la herida que se produce es muy homogénea en todos los pacientes. Sin embargo, “el hacerlo en esta cirugía no es lo importante, lo hemos hecho en esta porque trabajamos en un centro oftalmológico. Nuestra idea es establecer un biomarcador para cualquier tipo de dolor”, señala esta enfermera. De hecho, ya tienen previsto analizar otras cirugías con postoperatorios dolorosos, como las operaciones de rodilla.
Aplicaciones prácticas
La investigación que están desarrollando Amanda Vázquez, enfermera investigadora, y Eva María Sobas, enfermera de clínica, podría tener multitud de aplicaciones prácticas. Desde cuantificar el dolor en cualquier persona que no tuviera la capacidad de expresarse, como un bebé o alguien en coma, hasta ayudar a los laboratorios a probar moléculas y saber si realmente son eficaces como analgésico.
Otra aplicación importante, y que los laboratorios valoran mucho, es la posibilidad de aplicarlo en la medicina personalizada. “Por poner un ejemplo -explica Vázquez- es habitual tomar un gramo de paracetamol para el dolor de cabeza, pero a lo mejor no todo el mundo necesita un gramo, a lo mejor otra persona con 450 miligramos ya nota el efecto y no necesita tomarse un gramo. Sería una forma objetiva de establecer las dosis de forma personalizada”, sostiene.
Este proyecto, que cuenta con financiación de Laboratorios Esteve, ha recibido el premio al mejor Proyecto de Investigación en Enfermería, patrocinado por el Laboratorio Dorc, en el XVII Congreso de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica celebrado del 21 al 23 de septiembre en Zaragoza.+
Gema Romero